Capítulo 10. Preocupaciones.

758 34 6
                                    

Han pasado algunos días.

Ramón y Poppy conversaban mientras este conducía a su nuevo destino: Sinfonópolis.

—Bien, ¿Crees que sea bueno visitar a Minueta o Dante?

—Al que quieras está bien.

El azabache se encontraba un poco tenso, puesto que el camino estaba algo rocoso y podía ocasionar daños en el transporte.

—Igual tenía pensando en que tu y yo, cenemos bajo las estrellas, ¿te parece bien?— Preguntó la pelirosa, ansiosa por saber la opinión de su compañero.

—Es una excelente idea, me encanta.— Sonrió de manera dulce hacia ella.
La jaló de la cintura hacia él.

—Mira, ya llegamos, después de mucho.

—¡Increíble! Que emoción, nos la pasaremos muy bien por aquí.

—Tenlo por seguro, preciosa.

[...]

Buscaron un lugar en donde poder estacionar su "hogar" sobre ruedas, Poppy se puso sus mejores prendas, mientras que Ramón se encargaba de cerrar muy bien el lugar.

—Bien, ¿Que quieres hacer primero?

—Me gustaría visitar a...

Una multitud se acercó hacia ellos, rodeándolos.

—¡PequeMón está aquí! ¡Que emoción!

—¡Es tan guapo! ¡Me encanta!

Resulta ser que algunas trolls de otras tribus estaban de visita en Sinfonópolis, curiosamente en el mismo instante que llegaron ellos.

Ambos estaban confundidos, Ramón había perdido la costumbre de ser tan codiciado, era incómodo, puesto que estuvo 20 años encerrado en un búnker y nadie estaba interesado en hacer amistad con el entonces grisáceo.

Tomó la mano de Poppy, para no perder la entre la multitud.

Fue inútil, entre los empujones dados por las fans terminaron por separarse. Quedando el azabache en medio de todos y su amada en un costado.

Observó como muchas chicas miraban y trataban de tomar del brazo a su novio. Eso le estrujó el corazón, nunca se había sentido de esta forma, claro que en ocasiones era algo celosa, pero jamás como en ese momento.

Escuchó lo que decían algunas trolls.

—¡Es tan sexy! ¿Tendrá novia?

—¡Se ve increíble cuando baila! Seguro se sabe mover muy bien.— Mencionaron entre risas. Esto sólo disgustó más a la Reina Poppy. Se dirigió de regreso al Orobus.

Al llegar, se aventó a la cama, presionando una almohada contra su rostro para soltar un grito ahogado. Algo no estaba bien, no entendía que sentía celos en ese momento, muchas personas robándole la atención de su amado.

[...]

Pasaron unos 20 minutos para que Ramón lograra soltarse de la multitud y llegar con su novia, pero ahí seguían, golpeando la puerta de su transporte en un intento de que él saliera.

—No esperaba que ocurriera esto.— Dijo algo apenado mientras se acercaba a Poppy, quien estaba sentada en el sofá ahora.

—Todo está bien, supongo que tendrás que atender a toda esa multitud si queremos movernos. Talvez sea mejor ir a otro lugar, dudo poder quedarnos aquí, te podrían acosar en estos días.— Respondió la pelirosa, con un toque serio.

—Siempre tienes la razón.—Depositó un beso en la mejilla de su chica. —Regresando, hablaré con John, necesito que haga algo para que no nos interrumpan o algo parecido.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora