Ramón se sentía mal por dejar a su novia así. Quería continuar, pero en el fondo se sentía culpable por lo que ocurrió cuando bebieron de más. Mirar a Poppy quejándose de dolor no era un recuerdo agradable.
Poppy se acercó al asiento y lo abrazó por la espalda.
—¿Qué sucede?— respondió él, algo serio.No hubo respuesta; lo único que sentía era la respiración agitada de ella.
—¿Q-quieres continuar? No estoy seguro... ¿qué tal si te hago daño?— estaba nervioso; no quería herirla.
Ella se sentó sobre su regazo y se miraron a los ojos. Poppy quería hacerle entender que no había problema con eso. Se acercó a sus labios y lo besó, colocando sus brazos alrededor de su cuello. Ramón no se quedó atrás; correspondió al beso, inclinándose con cuidado hacia abajo, activando el dichoso piloto automático.
Se dirigieron hacia la cama nuevamente. Él se sentó en la orilla y la puso en su regazo.—¿De verdad quieres hacer esto?— susurró.
—Por favor—, respondió Poppy, algo avergonzada de pedir algo así. Nunca forzaban la situación; todo sucedía tan naturalmente que era extraño.
La acercó más hacia él. Sus manos comenzaron a deslizarse por su cintura, dando ligeros apretones. Con uno de sus pulgares acarició los labios de Poppy.
—¿Me amas?— Le susurró la menor coquetamente al oído.
—Más que nada. —respondió Ramón, sin apartar su mirada de aquellos ojos púrpuras.
La cercanía finalizó. Sus labios se encontraron de una manera tierna, uniéndose en un beso que era a la vez suave y apasionado, lentamente sintiendo el sabor del otro, perdidos en la exquisita sensación de sus bocas unidas. La calidez de la habitación los envolvía, mientras el leve sonido de sus respiraciones reforzaba el ambiente íntimo.
Ramón la recostó delicadamente en la cama, admirando el cuerpo rosa de su compañera. La luz de la luna lograba filtrarse a través de las cortinas, proyectando sombras suaves sobre su piel, acentuando cada curva y cada línea. Sus ojos se perdieron en el brillo de su mirada, que reflejaba su vulnerabilidad y deseo creciente.
—Bien, empezaré con esto... —susurró mientras deslizaba su mano hacia su intimidad.
Comenzó a acariciar su clítoris con suavidad, sintiendo cómo el placer se intensificaba. Bajó lentamente, dejando una serie de besos sobre su torso y muslos, y comenzó a succionar delicadamente con los labios.
Con cuidado, introdujo su lengua, realizando movimientos circulares que la hacían estremecer. Los gritos de placer de la pelirrosa llenaban el aire, provocando una sonrisa de orgullo en su rostro; disfrutaba de lo que estaba logrando.
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Aventura sin destino. +15
FanfictionSeis meses después del rescate familiar, Poppy y Ramón, la pareja real de Villa Pop, anhelan un poco de normalidad. Sin embargo, los celos, las inseguridades y las responsabilidades de la corona amenazan con ensombrecer su romance. ¿Podrán superar s...