Capítulo 5. Promesas e inseguridades.

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Toda la villa se reunió para despedir a los viajeros en el momento de su partida

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Toda la villa se reunió para despedir a los viajeros en el momento de su partida. Poppy observó con admiración y creciente curiosidad cómo Ramón había construido, en tan pocas horas, una lujosa casa rodante.

—¡Diviértanse mucho! —dijeron Viva y Peppy al unísono, con una sonrisa brillante.

—¡Gracias a todos! —exclamó Poppy con alegría, cerrando la puerta de su transporte y preparándose para emprender otra emocionante aventura junto al amor de su vida.

—¡Regresen pronto con el próximo heredero! —gritaron Bruce y JD, riendo a carcajadas. Sus otros dos hermanos, los observaron con seriedad. La familia de Poppy estaba presente y parecía que a ellos no les preocupaba dejarla en una situación incómoda.

Una vez en el camino, el vehículo avanzaba a buen ritmo hacia su primer destino. Poppy permanecía sentada en uno de los cómodos asientos del transporte, tenía el mapa extendido frente a ella. Sus ojos brillaban con emoción mientras señalaba las distintas paradas planificadas.

—He preparado un itinerario para nuestro viaje. Visitaremos cada reino, ¡quiero conocer más sobre todos ellos! No es lo mismo experimentar Trollstopía desde fuera que hacerlo por cuenta propia —comentó Poppy mientras daba pequeños saltitos de entusiasmo en su asiento.

Ramón, que manejaba con cuidado, la miraba con ternura. Le encantaba ver cómo su entusiasmo era contagioso.

—Por cierto, traje algo para ambos —anunció Poppy, sacando una caja que Satín y Seda le habían entregado antes de partir. Al abrirla, reveló varios atuendos coloridos, cada uno representando el estilo único de los diferentes reinos troll.

—Son preciosos, y a juego —observó el azul con una sonrisa mientras continuaba su camino hacia Lonesome Flats, el primer destino marcado en su ruta.

—¡Sí, estoy segura de que te verás sexy! —comentó Poppy con un tono seductor, lanzándole una mirada juguetona a su pareja. Él, algo sonrojado, le dedicó una sonrisa tímida.

El día había sido tranquilo, y pronto la noche comenzó a caer. Se detuvieron para armar una fogata en medio del camino. Mientras Poppy tomaba un baño, Ramón aprovechó el tiempo para preparar varios suministros de la bebida que le habían recomendado sus hermanos.

Con la cena ya lista y todo dispuesto en la mesa, Ramón aguardó pacientemente a que su compañera saliera de la ducha.

—Ya estoy lista —anunció Poppy al acercarse, vistiendo una camisa ligeramente grande. Se acomodó en su regazo, tomó un sándwich de la mesa y empezó a comer.

—¿Cuánto tiempo falta para que lleguemos? —inquirió Poppy, curiosa.

—Tal vez lleguemos al amanecer. Puedes descansar mientras yo conduzco —respondió Ramón, sorbiendo un poco de jugo de manzana con una expresión de resignación.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora