Capítulo 19. ''Gracias por recordarlo''.

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—¡No pensé que sería tan difícil! Piensa Poppy, piensa.

Tenía un conflicto con ella misma por no organizar sus decisiones.

—T-talvez... sea buena idea usar un tablero.—Improvisó uno, dispuesta a enlistar sus ideas.

—Una pijama nueva no suena a ser un regalo de cumpleaños. Quizás...¿Un paseo en globo? No, muy convencional, ¿Una cena? Siempre comemos juntos. ¡¿Por qué caramelos es tan complicado?! 

Al día siguiente sería el cumpleaños de Ramón. Desde que oficializaron su relación, intentaba regalarle cosas con mucha originalidad, pero él siempre lograba vencerla con los mejores regalos.  

Por su mente pasaron las ideas más locas, pero ninguna sería lo suficientemente buena para lo que él se merecía. 

Prefirió quitarse el estrés, saliendo a caminar por la Villa, era de tarde, el cielo parecía tener un color rosa similar al que ella tenía. 

El aire fresco provocó relajación, se tomó un tiempo para recostarse en el pasto, intentando identificar formas en las nubes tan peculiares que se encontraban en el cielo aquella tarde. 

Estuvo a punto de quedarse dormida, hasta que una sombra muy peculiar apareció sobre ella.

—¿Qué haces aquí, Popps?

—¡Ramón!—Se levantó de un salto y lo abrazó, saludándolo. —Sólo quería descansar un poco. Quédate conmigo, ¿si? 

—Sólo por que insistes...—Sonrió para ella, acomodándose a un lado de su pareja.

—Estuve pensando algunas cosas y... ¿Qué piensas hacer mañana?—Preguntó, torció un poco los labios mientras esperaba una respuesta del mayor, necesitaba guiarse de algo para lograr su objetivo.

—No estoy seguro. Mis hermanos sugirieron hacer una pequeña cena familiar en el búnker, por supuesto que tu estás invitada... —Su tono de voz sonaba algo melancólico.

—¿Qué pasa, ChiquiRamón?—Lo conocía a la perfección, podría notar a kilómetros si sus sentimientos cambiaban.

—No lo sé. Quizás... quisiera que pasaran más tiempo conmigo, algo así como ¿Recuperar el tiempo perdido? Aunque lo hacemos desde hace mucho, siento que no es suficiente.—Suspiró.

Una pequeña mano rosa rozó la suya para entrelazarse. 

—Me encargaré de que pases un hermoso día, mi amor.

[...]

Últimamente, sentía un tipo de nudo en el estómago por el estrés que acumulaba, ¡Le quedaban unas horas y aún no conseguía un buen regalo! 

¿Quizás un nuevo rompecabezas? 

No, ya tenía absolutamente todos. 

¿Ropa nueva para Gary? 

Tenía ya de todos los colores y modelos existentes.

—¡El tablero no funciona! Nada de esto es bueno.—Se quejó la rosada. Llevó las manos a su rostro y tiró un poco de su cabello.

Miró a su alrededor, en busca de inspiración.

—¡Eso es! ¿Cómo no lo pensé antes?

Reunió todo lo que necesitaba: Algunas velas con aroma, pétalos de flores de varios colores, algunas cuentas para hacer collares y material de recortes.

El problema ahora era instalar la sorpresa. Tuvo la idea de ocultar cada decoración hecha en su cabello; era bastante, debía tener cuidado al caminar si no quería que algo se cayera.

Aventura sin destino. +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora