Capítulo 21

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Con mi ojo ahora teniendo un leve tono morado, entono una melodía a labios sellados mientras me adentro al pasillo para ir a descansar, pero al pasar por el cuarto de Noodle, escucho que mantiene una conversación con alguien.

-¿Willy aún está en clase con ella? -me pregunto a mí misma por lo bajo.

Según mis cálculos, la clase terminó hace una hora, y una vez más; no logré escapar a tiempo de la cocina para ayudarle.

-¡No puedo creerlo! -exclama ella.

El siseo y las palabras de Willy pidiendo silencio me hacen mantenerme en mi lugar. Escucho ahora con mayor atención. Parece ser algo muy interesante, y secreto, lo que sea que deban estar hablando.

Decido permanecer en silencio y como todo una curiosa, me acerco a la puerta para escuchar mejor.

— ¡¿Como que te estampaste contra su ojo?!

Las risa divertida de Noodle se escucha. Es evidentemente que solo se están divirtiendo a costa de la situación, pero no me siento molesta en absoluto, incluso río al recordarlo.

La voz de Willy se torna alarmada:

-¡No es divertido!. La lastimé y ahora su ojo está morado.

-Pero mira que ella no te delató está mañana cuando le pregunté porque tenía el ojo así. Por un momento me asusté y creí que Lejía o fregoso le habían puesto una mano encima.

-Si alguno de esos dos se atreviera— declara Willy con seriedad y mi estómago hormiguea por su constante protección.

-¡Solo vamos!, sé que fallaste ¡pero tienes que besarla!.

Mi corazón da un vuelco. Me quedo inmóvil en mi lugar, ni siquiera respiro, siento cómo mi cara arde y la ansiedad se apodera de mí.

La respuesta nerviosa de Willy resuena en la habitación:

-¡Estaba muy nervioso y posiblemente ella lo notó!, cuando probó el chocolate era la oportunidad perfecta, cerré los ojos y me acerqué pero, ¡fuí muy torpe!.

-Ya sé; has dedicado tu vida y estudios exclusivamente al chocolate, jamás has conocido o besado a alguna chica y eres muy inexperto, quieres saber que se siente. No debe ser tan difícil, práctica con la almohada — bromea echándose a reír.

La protesta nerviosa de Willy, evoca una profunda ternura.

- N-no te burles...

-Bien, quieres experimentar lo que se siente.

Me sorprendo al escuchar al señor Abacus en la habitación también, aunque, ahora que recuerdo, está ocupado contando el dinero. Sin embargo, mi mente se centra en las palabras "quieres saber qué se siente", que tanto mi pequeña, como el señor Crunch, han mencionado. Mis emociones por supuesto son un caos al saber que intentó besarme y que lo están alentando a intentarlo otra vez.

¡Besarme de nuevo!. Realmente él no lo recuerdo, no estaba conciente para saber lo que hizo, pero yo no puedo olvidarlo. La sola idea de volver a sentir sus labios, debilita mi cuerpo por completo.

Aunque... ¿Es solo eso? ¿Willy simplemente quiere saber qué se siente? Y...¿luego qué?

No puedo escuchar más, pues siento una presencia detrás de mí y doy un salto al encontrar a Fregoso con las manos en la cadera, retrocedo a otro punto y choco con la pared.

Con un tono gélido, murmura:

- Así que por eso tiene el ojo así, ¿eh?.

Guardo silencio, mirándola con neutralidad.

—¿Amoríos aquí?— Niega con el dedo frente a mí. —ahora que sé que no son nada, no lo permito. De todas formas, sé que no es ni cerca de un amorío, porque está mañana escuché murmurar para sí al señor Wonka algo sobre...— Intenta recordar. —"Si no lo logro con ella, intentaré con alguien más". Ahora entiendo a qué se refería.

-Miente...

-¡Oh!, ¿a caso te importa que bese a alguien más?— la pregunta me toma por sorpresa. —¿Crees que te miento?—Se acerca amenazante. —Pues veamos si miento cuando confirmes por tí misma que solo quiere vivir una experiencia por simple, curiosidad...

-¿Así como usted solo se fija en el señor Lejía porque cree que viene de un buen linaje y podría tener mucho dinero?.

Se traga sus palabras, pero sin duda me ahorca con la mirada.

- Espere..., usted sí se está enamorando de él.— insinuo, y mi revelación la hace enrojecer hasta las orejas, pero no de ira.

-¡A TU HABITACIÓN!— La puerta se abre de inmediato, y Willy sale, visiblemente asustado. A su lado, se posiciona Noodle.

- Ya sé que también estás ahí ¡Crunch!— grita Fregoso y el hombre sale con temor —¿Qué hacen todos allí metidos?

-¿Por qué usted le grita a la señorita ___?— cuestiona Willy, molesto.

-Porque se me da mi regalada gana. ¡AHORA DÍGANME QUÉ HACÍAN LOS TRES ALLÍ?

Astuta, Noodle da un paso adelante y explica:

- Enseño a leer al señor Wonka, para... pa-para, ¡para que en un futuro pueda ayudarme con las anotaciones de todos los clientes a los que hay que entregarles su ropa!. Muchos más están interesados y el negocio aumentará.

-¡Ja!, siendo así, encárgate bien de que este aprenda, y váyanse todos ya a sus habitaciones. ¡Ya, ya!.

A diferencia de Noodle y Abacus, camino lentamente a mi cuarto. Willy se apresura a alcanzarme.

-¿Te hizo algo?, ¿Te lastimó?.

Me limito a negar y, antes de entrar por mi puerta, me volteo hacia Fregoso, quien con una sonrisita, artícula una palabra:

"Te darás cuenta."

-¿Q-qué es lo que dice?— pegunta el castaño.

Guardo silencio, desviando los ojos hacia el interior de mi alcoba.

-Nada, no dice nada importante. Hasta mañana.

-Ten, que tengas sueños encantadores. — alcanza a decir entre la última abertura de la puerta, mientras la cierro.

The Sweetest Secret (Willy Wonka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora