Las agujas del reloj avanzan lentamente mientras Willy deambula inquieto por su habitación a la una de la mañana. La tenue luz de un pequeño foco revela un cuarto caótico que apenas merece el nombre de habitación. La preocupación lo carcome ante tu ausencia. Abre la puerta de vez en cuando, esperando ver tu regreso y que ingreses a la habitación de enfrente, la que Noddle le informó que sería tuya.
Una vez más, abre la puerta y mira hacia el pasillo. En lugar de encontrarte, se topa con Noddle, quien adormilada, se dirijía por un poco de agua de la llave; algo que almenos les permite Fregoso
- Pss, pss, disculpa. - la niña lo mira y retrocede un poco - Hola.
- Hola, de nuevo... - saluda ella.
- ¿Has visto a ___?, ¿Sabes cómo está?. Ya es muy tarde, y es la única que no ha llegado para descansar.
Noddle suelta un suspiro y responde:
- Sí, hace varias horas. Después de que me preparaste ese chocolate y me fuí. La ví. Estaba fregando los pisos y lucía bastante cansada.
Willy suelta un suspiro lleno de tristeza, recargando la cabeza en el marco de la puerta
- Debo ir con ella. Estamos aquí por mi culpa. Debí decirle...
- Que no sabes leer - completa - Y como ya te dije, para empezar-
- Debimos escucharte, sí. ___, jamás se confió de este lugar pero yo no supe escucharla. Solo quería que pudiera tener un lugar donde dormir. Eso me llevó a descuidar los detalles y me confíe demasiado.
- De nuevo, lamento que terminaran aquí.
- Les dije que ingeniaría algo para poder seguir saliendo a vender mis chocolates, y con ello poder pagar las deudas de todos. Serán libres, lo prometo. Seguiremos con el plan de mañana para que puedas sacarme en alguno de los sacos en el carrito e ir a vender.
- Agradezco eso, pero ya dije ¡que estás loco!. Te expliqué lo que pasa cuando se intenta escapar de este lugar. Siempre nos encontrarán y llamarán a la policía, te atraparán si intentas salir y te agregarán más dinero a tu deuda. Ah, por cierto, no puedes ir con la señorita ___. Fregoso no permite entrar a nadie a la cocina, excepto a mí para recoger las porciones de alimentos para todos aquí. Por ahora no me ha dejado. Lo que arrojaste a la basura es una porción de avena de ayer. Solo pude ver a la señorita cuando Fregoso abrió la puerta para entrar a inspeccionar su trabajo. Fué tan vil que le arrojó más cosas al piso.- la mandíbula de Willy se tensa al escuchar eso.
[...]
Termino de secar el último plato y lo coloco en el cajón. Finalmente, he concluido con la ardua tarea, y la cocina ahora presenta un aspecto más decente. Mis manos están enrojecidas, mis rodillas duelen, y mi espalda arde de cansancio. La desagradable mujer apareció hace horas para inspeccionar mi trabajo y, con cínico descaro, me arrojó un poco más de basura. Antes de retirarse, señaló la ubicación de mi nueva habitación, ¡vaya sorpresa! Justo frente a la habitación de Willy... Me siento decepcionada por el hecho de que ocultara la gran estafa del contrato. ¿Decidió simplemente simular que leía el contrato? ¡¿O qué sucedió?!.
Salgo sujetando mi espalda y noto que no hay nadie en recepción; ninguna señal de la bruja ni del grandulón. Seguramente están dormidos. Observo la entrada y mi corazón se acelera, me apresuro a intentar abrir la puerta, pero está cerrada. Corro hacia la ventana, luego hacia otras puertas, pero me detengo, llena de tristeza e ira. Han asegurado que nadie pueda escapar, pero esto debe ser ilegal. ¡La policía podría ayudar!, ¿pero cómo contactar con ellos si parece que no nos dejarán salir en absoluto?. En ese instante, recuerdo mi compromiso con el Señor Miller. ¡Se supone que debo ir mañana para el trabajo!. Él, muy bondadoso, me adelantó para pagar a estas terribles personas.
Subo el último escalón con dificultad y, al adentrarme en el pasillo, me encuentro con la niña conversando con Willy en la puerta de su habitación.
- No me importa si me agregan más dinero a mi deuda, tengo que ir a ayu-
Se detiene en cuanto me ve, y yo detengo mis pasos cuando noto que ambos me miran. Evito cruzar miradas con cualquiera de los dos, especialmente con Wonka. Avanzo con pasos lentos que reflejan el dolor en mis pies y la carga en mi espalda.
Cuando estoy frente a mi puerta, escucho a Willy murmurar con preocupación y culpabilidad:
- ___...
Abro la puerta e ingreso. Sin mirarle, la cierro.
No tengo ganas de hablar siquiera, estoy demasiado cansada, sin mencionar que nuestra atmósfera se carga de frustración, de decepción.
La habitación, apenas iluminada, con una cama vieja, una mesa de escritorio y un lavabo terriblemente sucio que también parece ser el baño, se convierte en el refugio de mi agotamiento y esclavitud. Tomo una manta de mi maleta, recordando que la otra aún la tiene Willy. Me siento en la cama con delicadeza, y de repente, esta se desarma, lanzándome hacia un lado.
- Por supuesto... - murmuro con debilidad.
Ya ni siquiera me importa. Cierro los ojos del agotamiento y prefiero dormir las pocas horas que me quedan, pues Fregoso dijo que debo levantarme a las 4:30 de la mañana para estar en la cocina.
Porque este día no l@s quería dejar sin capítulo, les dejo este pequeño cap como un adelanto. Espero que les guste.✨