Capítulo 2

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-Perdonen a Tidels, está curiosamente fascinado por ustedes - dice el hombre, saliendo de la penumbra, y esbozando una sombría sonrisa

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-Perdonen a Tidels, está curiosamente fascinado por ustedes - dice el hombre, saliendo de la penumbra, y esbozando una sombría sonrisa.

El castaño, centrando la mirada en mi cintura, se da cuenta de su agarre y, avergonzado, me suelta de inmediato.

-¡Oh! - exclama hacia el sujeto, ajustándose de nuevo el sombrero.

Con una sonrisa y un tono tan tranquilo como si no hubiese estado muy asustado hace apenas unos segundos, comenta:

- Debe ser el pantalón; me lo vendió un cartero.

El hombre suelta una carcajada estruendosa.

¿Realmente era una anécdota para reír con tanta exageración? ¿O es que simplemente disfruta riendo tanto?.

Mis cejas se juntan en preocupación; no me da buena espina. Observo al chico a mi lado, y él sonríe ante el gesto del hombre sin ningún temor o sospecha.

- Debe ser eso - responde él masculino. Se acerca a su mascota y la acaricia - Tidels se pasaría todo el día persiguiendo carteros si pudiera, ¿verdad, mi niño?. - Su mascota ladra en respuesta, y él ajusta su boina- Mi nombre es Lejía, por cierto.

- Un placer, Willy Wonka -Willy se estira para estrecharle la mano con total confianza, y cuando Lejía intenta saludarme, lo pienso unos instantes, pero finalmente cedo.

The Sweetest Secret (Willy Wonka y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora