Cap.24

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Habían pasado unos días desde que vi a mi hermano y a Christopher dándose un beso en el comedor, quizás debí decir algo y no fingir que jamás pasó. Quizás debía decirle a MinHo lo sucedido y así, justo ahora, no me sentiría extraño al verlos tan juntos.

No me molesta, ni me molestara jamás, pero Felix es pequeño todavía. Tiene ocho años y que ya allá decidido por un niño no creo que sea lo correcto. Es decir, lo es, pero siento que es mi culpa. Porque yo traje a Jeno a casa como mi novio, porque yo soy el hermano mayor y le doy el ejemplo. En realidad, no sé qué estoy pensando justo ahora. Creo que simplemente es la sorpresa de saber que a mi bebé le agrada demasiado Chris. Su mejor amigo.

¡Ahg!

En realidad, no sé en qué ocupar mi cabeza justo ahora, me siento perdido en el limbo y ni siquiera sé por qué. Tengo tarea que terminar para el lunes, proyectos que organizar y aún está pendiente el viaje que haremos la próxima semana que es cuando tengo mis vacaciones en la Universidad. Me siento estresado, aturdido y ciertamente perdido sin razón alguna. Mis semanas han transcurrido como siempre, ir a la escuela, integrarme al taller de canto y modelaje, ir por Felix, cuidarlo mientras llega su padre, hacer mis deberes, respirar y cuidar que mi hermano y su amigo no rompan nada.

Quizás me hace falta meterme en problemas como antes, ¿Debería salir con Felix y Chris al cine? O simplemente salir de la casa. Tengo muchos conflictos internos sobre su comportamiento últimamente. No sé qué me pasa. Todo me irrita, todo me enfada, todo me parece aburrido.

-¡Suelta mí peluche, Christopher! Te voy a pegar ¡dámelo!

-¡Este es el mío! Suéltalo tú, bebé llorón...

Mi cabeza duele y siento que voy a explotar pronto si no encuentro algo en que distraerme. Entonces, justo en ese momento en que estoy a nada de gritar, mi celular suena con el nombre de MinHo en mi pantalla. No quiero responder, pero mínimo podré pelear con él un rato y así sentir un poco paz. Ya que no le visto igual que antes debido a sus llamados repentinos, es muy raro verlo en la casa a la misma hora que estamos nosotros.

-¿Qué?

Pregunto después de dejar que mi celular suene por dos veces más haciéndome reír en el proceso. MinHo odia que no responda a la primera mientras que yo lo encuentro divertido.

-Me acaba de llamar tú mamá... - dice y mis ganas de pelear se esfuman. - no podremos ir a verla a Estados Unidos. No sé qué paso, pero no puede recibir visitas. Intentaré resolverlo para que mínimo ustedes vayan.

El silencio en la línea me provoca una sensación extraña en el estómago. Siempre he vivido con que mi madre no tenga tiempo para nosotros por sus viajes y reuniones fuera, pero en esta ocasión se siente peor. No sé a qué se deba y de pronto las ganas de llorar se amontonan en mí pecho ahogándome silenciosamente. Mis ojos se llenan de lágrimas y mi garganta se siente seca, pero me las ingenió para hablar lo mejor que puedo.

-No importa, de todos modos, nunca podemos. - digo bajando la voz a un tono casi nítido. - ¿Vas a llegar a cenar?

-Ya estoy por llegar, nene. - dice y yo tallo mis ojos intentado que las lágrimas se vayan. - ¿Quieres algo de la cafetería?

Niego aun cuando no puede verme pues mi pecho duele y mi voz sé que se escucha mal. Puedo sentir como las ganas de vomitar suben por mi garganta y se atasca en ella impidiéndome decir nada. Paso saliva intentado alejar la sensación asquerosa lográndolo poco después. Mis mejillas se sienten calientes y un marea me ataca de pronto.

-Solo llega ya. No me siento bien.

Dejo el celular en la mesa para sentarme en el sofá, lejos de la mirada de Felix para que no se preocupe y paso una mano por mi cabello despeinándolo. Me siento mareado y con náuseas. Todo da vueltas y por más que me concentró en fijar mi mirada en algo, ese algo se empeña en moverse y duplicarse en más de una ocasión. Necesito respirar para no vomitar en ningún momento.

Cierro mis ojos, pero todo empeora al grado de hacerme correr al baño de la primera planta solo para regresar todo lo que he comido en el día. La sensación es horrible, arde y duele. La fuerza que mí cuerpo utiliza para expulsar todo hace que me sostenga con fuerza del escusado mientras mi boca expulsa todo. Mi garganta arde y quema. Mis ojos tienen lágrimas y mis mejillas arden por la vergüenza. Mi estómago duele al igual que mis rodilla y las palmas de mis manos. No entiendo que me pasa.

-Ya, tranquilo, respira...

La suave caricia en mi espalda y la tranquilidad con la que MinHo habla me hace respirar tranquilamente mientras expulsó lo último en el escusado. Bajo la palanca para luego limpiar mi boca con una toallita que mi mayor me entrega. Me dejó caer al suelo sin voltear a verlo. Es demasiado vergonzoso que esto pase y que él me vea hacerlo. Es asqueroso.

Y, sin embargo, MinHo levanta mi cara con sus dedos, acaricia mi mejilla y luego deja un beso en mi frente. Me sonríe y no sé porque lo hace si acabó de regresar hasta el café de la mañana. Igual no me levanto cuando sale del baño para dejarme solo, simplemente me quedó ahí. Mirando mis dedos y preguntándome que fue lo que paso como para que terminará así. He comido bien, o por lo menos he comido una vez al día, ¿dormir? No creo que eso sea un motivo para mi vómito, ¿estrés? Es obvio que lo tengo, estoy a una semana de mis vacaciones y tengo más proyectos que vida. No tengo tiempo para dormir...

-¡Oh! Es eso...

Digo para mí mismo después de decirme mentalmente todo lo que he descuidado de mi persona. Me regaño, claro que sí, porque no está bien y porque solo conseguiré enfermar y así no podré irme de vacaciones con mi hermano. Me levanto del suelo y después de lavar mi cara y mi boca, salgo de nuevo a la sala, donde Felix está sentado de brazos cruzados con el cabello hecho un desastre y Chris está frente a él mirándolo con ojos furioso y el cabello igual que el de mi hermano.

MinHo sostiene un peluche que estoy seguro, es mío, y los mira en espera de una respuesta.

-¡Él empezó! - chilla Felix.

-¡No es cierto! ¡Tu empezaste!

-¡Tú te querías llevar a Teddy! ¡Teddy es mío! - protesta Felix.

-¡No es Teddy! ¡Es Malye!

Me quedo parado esperando a que el papá haga algo, pero este simplemente los mira, esperando a que dejan de pelear por un peluche que no es de ninguno de los dos. Pero algo sale mal y no sé en qué momento, pero Chris dice aquellas palabras que yo llevaba guardadas de MinHo por seguridad.

-¡Pues tú me besaste el otro día para que no le dijera a JiSung hyung que rompiste a Dalty!

-¡¿Qué?!

3/3

¡Está mal!, pero tócame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora