Cap.22

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-¿A quién le pidieron permiso para hacer una fiesta en la casa?

MinHo dejó que todos se fueran cuando quisieran, no regaño a nadie salvo a mí en el jardín, pero dijo que cuando todo aquello terminará Felix, Chris y yo (de nuevo) tendríamos problemas muy serios. Me agrado que no sólo fuera a ser yo el del problema. Así Felix no lloraría o se preocuparía después.

Ahora mismo están los dos mirando el suelo mientras MinHo los mira con el ceño fruncido. Felix está a nada de llorar y Chris no puede evitar tomar su mano. A estas alturas yo ya estaría siendo castigado por mi mayor. Así que, dejando mi dolor en mi parte trasera, me levanto quedando al frente de mi hermano y su amigo. De todos modos, ¿no puede ser peor que un par de nalgadas?

¿Verdad?

-Yo le dije que podía, papá. No es culpa de ellos.

-¡No, hyung!

-Cállate, Lix. - le susurro para que no hable y él, como bien niño que es, vuelve a bajar la mirada al suelo. - no es culpa de Felix que mis amigos lo quieran mucho.

-Entonces tu estarás castigado otra vez, JiSung. - dice mirando a mi hermano.

Yo me muevo a donde su mirada y MinHo sonríe de lado. Quiere hacer que Felix diga algo, pero yo me niego a que lo haga. Porque Felix aún es pequeño y cuando mi mamá o MinHo no están, yo soy responsable de lo que pasa. Si Felix se caen es porque yo no estuve al pendiente. Si Felix rompe algo es porque no lo cuide bien. Además de que esas cosas no pasan muy seguidas porque mi hermano no es travieso. O bueno, no lo era.

-Lix, Channie. Suban a la habitación y no más juegos. No quiero escuchar ni un solo ruido salir de ahí, ¿está claro?

-Sí, papi.

Ambos bajan del sofá y corren escaleras arriba sin mirar hacia atrás y yo respiro profundo cuando eso pasa. Al girarme, MinHo me mira molesto.

-¿Qué? - pregunto mientras me siento. - ¿En serio crees que voy a dejar que lo castigues? Es un niño, MinHo. Él solo quiere jugar.

-Y tú le ayudas a ser travieso. - dice. - JiSung, si no lo castigo por lo que hace, cuando sea mayor no hará caso. Será como...

-¿Yo?

El silencio se instala en la sala haciendo que mi ceño se frunza y que su mano suba hasta su cuello. La frustración se presenta en sus facciones y yo siento una corriente de enojo barrerme el cuerpo. Yo sé que soy el rebelde más desesperante que alguna vez le pudo tocar en la vida, pero también sé que le gusta sea así. Puedo darme cuenta de que disfruta dándome castigos tontos frente a mi madre.

Yo sé quién es Lee MinHo. Incluso se más de lo que mi madre podría, algún día, conocer.

-Ya dime de una vez cual es tonto castigo para que pueda ir hacer mi tarea.

MinHo me mira mientras muerde uno de sus dedos. Medita con calma lo que va a decirme y yo siente que quiero darle la idea para poder escapar a mi habitación lo antes posible. Está tardando más de lo necesario en darme un castigo. Me está desesperando.

-Toda la siguiente semana te encargaras de limpiar las habitaciones tú solo. Incluso la mía. Ordenaras los closet y las camas sin renegar y cuando termines de hacer eso, esperas sin hacer berrinche a que yo llegue ¿está claro?

-¿Y no quieres que de una vez te bañé y te cambie? Digo aprovechando que voy a ser tu maldito sirviente toda la semana.

-Podrías bañarte conmigo si quieres. Y así podría ver más de lo que dejas.

Doy un paso atrás cuando él acerca. No por miedo sino por distancias social. Mi cuerpo suele reaccionar de manera estúpida cuando MinHo me toca y no quiero que eso pase en la sala de nuevo. No cuando Haechan está en la cocina preparando la cena.

¡Está mal!, pero tócame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora