Una Familia para Navidad

Capítulo 35 De vuelta en Nueva York

Les dije que este era un poco mas largo

(en mi rancho sigue siendo Domingo eeehhh)

Nos leemos cuando termine otro, no prometo mucho porque hay trabajo que hacer

Desde el momento en que dieron de alta a Carlitos después del trágico accidente donde sus padres perdieron la vida, la vida de Daniela cambió al igual que la del pequeño.

Esa semana lo había visitado todos los días para ganarse su confianza, la trabajadora social había accedido tomar el trámite de la custodia temporal de la castaña abogada y el juez encargado del caso al notar el nombre de Daniela Calle accedió sin problema dejando en manos de la trabajadora social las citas para darle seguimiento y si la adaptación entre la castaña y el pelinegro era adecuada se daría inicio al proceso de adopción.

Una vez el pequeño Carlitos se adaptó a la casa de la castaña todo se hizo más sencillo: Daniela se sentía con mayor comodidad de dejarlo a él y Ramón con la niñera que le enviaron de la agencia, trabajaba medio día en el despacho de abogados para después volver a casa con Carlitos y Ramón y disfrutar con ellos el resto de la tarde.

Era sábado 2 de Septiembre y la fiesta de revelación de sexo de los gemelos de Juliana y Will se llevaría a cabo esa tarde por lo que Daniela estaba poniendo muy guapos a Carlitos y Ramón para marcharse a casa de sus padres.

En lo que Daniela quedaba lista, en la casa de los Calle, Mafe supervisaba a los decoradores y a los del catering que se encargaban de colocar las bandejas de fruta y postres en las mesas colocadas sobre la piscina sellada; en la cocina un par de chefs y sus ayudantes se encargaban de preparar canapés y botanas antes de lo que sería la comida que consistiría en tipos diferentes de emparedados y mini hamburguesas mientras que en el jardín Germán colocaba un par de inflables para que sus nietos y los amiguitos de estos pudieran subirse a saltar y dejar que sus madres disfrutaran de la convivencia y platicar con tranquilidad con sus amigas.

La cita era a las dos de la tarde y tanto Daniela como Juli habían quedado en llegar por lo menos treinta minutos antes de esa hora por lo que se necesitara organizar.

- ¿mi hermana no ha llegado? –Daniela le pregunta a su madre, a la cual saludaba con un beso en la mejilla, pero la rubia mujer se perdía con el pequeño que tenía en brazos.

-Hola mi príncipe pequeño- saluda al niño quien solo sonríe al recibir los besos de la mujer que se decía su abuela- ¿Qué tal te trata esa madre tuya? Estoy segura de que no te ha dado un delicioso chocolate el día de hoy- al mencionar la palabra chocolate los ojos del pequeño tomaron un brillo sin igual y su sonrisa se engrandeció- he dado en el clavo- la mujer se da la vuelta y camina con el pequeño en los brazos dirigiéndose al patio trasero- tu hermana aun no llega, tu padre subió a cambiarse de ropa pero dejó un espacio adaptado para Ramón en la sala para que no se insole en el patio, hace mucho calor para él, los inflables de los niños son de agua así que espero hayas traído ropa para cambiar a Carlitos.

-Descuida mamá que en mi habitación de esta casa la mitad del armario es de Carlitos- la castaña toma en brazos a Ramón y suspira- y la otra mitad de Valentina- el can le deja un lengüetazo al escuchar el nombre de la pequeña- lo se Ramón, yo también las extraño- camina con el can en brazos hasta llegar a la sala y dejarlo en su cama dentro del cerco que Germán le había colocado ya que con las personas entrando y saliendo no querían correr riesgos de que el can se escapara.

-Oh, están aquí- menciona Germán sorprendido por la presencia de Daniela y Ramón en la sala- ¿Carlitos? –pregunta saludando a su hija con un beso en la mejilla.

-Secuestrado por mi madre- menciona la castaña medio de burla, medio en serio.

-Era de esperarse- menciona sonriendo- pero que bueno que tu madre lo tiene así tú me puedes acompañar- la toma del brazo para comenzar a guiarla hacia la salida.