Capítulo 29 Hogar

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-Es bueno estar de vuelta en casa- menciona Daniela entrando por la puerta de la cochera con las maletas que incluían las pertenencias de María José y Valentina.

-Aunque solo sea por esta semana- menciona María José quien llevaba en brazos a la pequeña ojiverde, la cual había quedado rendida en el trayecto a casa, era sábado por la noche y todo el día estuvieron organizando la mudanza de regreso a la casa de la castaña.

-El tiempo que sea, pero estaremos en casa, las tres juntitas con Ramón a un lado y sin quimioterapias, preparándonos para nuestro viaje a Orlando y pasar la mejor semana de cumpleaños de nuestra hija- le deja un pico una vez se había deshecho de las maletas y tomaba a la pequeña para colocarla en su habitación.

-No sé en qué momento accedí a que hiciéramos ese viaje- menciona Poché una vez la castaña regresaba de la habitación de la pequeña y la acompañaba en la cocina donde comenzaba a organizar despensa y sobre todo las vitaminas y suplementos de la niña.

-Es que soy una experta negociante- se acerca a la ojiverde abrazándola por detrás- ¿te recuerdo el momento exacto en que me diste el sí? –le deja besos en el cuello generando un escalofrío en la ojiverde.

-Boba- responde alejándose de la castaña, recordaba perfectamente el momento y aunque muriera por compartir momentos íntimos con la castaña quería desempacar y organizar sus pertenencias-mejor ayúdame desempacando las cosas de Valentina en lo que yo hago lo mismo con las mías.

-Tengo una mejor contra oferta- la sigue por el pasillo y al llegar a la puerta de su habitación entra tras de ella cerrándola con seguro para correr a abrazar a la ojiverde y lanzarse a la cama mientras ambas reían- tú, yo, tina, baño de burbujas, relajaditas nos metemos en la cama y seguimos con la relajación, dormimos lo que nos reste de noche y mañana en la mañana nos levantamos temprano a organizar todo ¿Qué dices?

-Que tu levantarte temprano en domingo es sinónimo de abrir los ojos a las diez para girarte en la cama y despertar hasta medio día- menciona Poché aprisionada por el cuerpo de la castaña que se encontraba encima de ella.

-Veámosle el punto a mi favor: las maletas están hechas para el viaje- sonríe la castaña y comienza a dejarle besitos en el cuello a la ojiverde- anda, vayamos a la tina- roza con su nariz el cuello de la ojiverde y poco a poco comienza a trazar un camino de besos por el escote de la blusa que Poché llevaba- o mejor olvida la tina por ahora, déjame comerte en este instante y después nos vamos a la tina-baja la blusa de la ojiverde dejando uno de sus pechos al descubierto, comenzado a atenderlo cuando de pronto un ladrido de Ramón y un par de toques en la puerta las hacen parar.

- ¿Mami? –la pequeña Valentina se escuchaba temerosa.

-Voy mi amor- Poché menciona quitándose a Daniela de encima y acomodando su blusa en lo que caminaba hacia la puerta- ¿Qué pasó mi vida? –se agacha para tomarla en brazos al notar que estaba a punto de llorar- ¿tuviste un mal sueño? –la pequeña asiente- ¿nos quieres contar? –con la pequeña en brazos se acerca a la cama donde Daniela ya se encontraba sentada en la orilla y fue justo donde Poché se sentó.

-Había una bluja con cabellos de fuego que estaba quemando la casa- menciona con lágrimas en el rostro- después me despelte y ustedes no estaban conmigo y me asusté mucho- menciona refugiándose en el pecho de su madre.

-Ya mi vida, aquí estamos, no pasa nada, solo fue un mal sueño- Poché la mece y Daniela deja suaves caricias en su cabello.

- ¿quieres que veamos una peli? –Daniela cuestiona- o podemos ver Bluey- la castaña hace mención de la caricatura favorita de Valentina, quien, refugiada en el pecho de su madre asiente- bien, Bluey será, se pone de pie para ir por el control remoto y un par de minutos después comenzaba a reproducirse el último capítulo en que se quedaron.

Una Familia para NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora