Capítulo 7: Dibujos, Libros Y Canciones

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- Es tan reconfortante saber que él siente lo mismo que yo - pensaba Solanch cuando besaba los suaves labios de Alex.

Mientras tanto, los pensamientos de Alex eran totalmente distintos:

- Seguramente me permitió besarla porque está borracha y no quisiera volver a ilusionarme como pasó aquella vez. Creo que lo mejor será olvidar que esto pasó.

Las bocas de los jóvenes se separaron por un instante y Solanch dejó reposar su frente en la nariz de Alex.
Él la abrazó y lentamente impregnó un beso con mucho cariño en la frente de la chica.

- Perdóname, Solanch.

- ¿Por qué te disculpas?

- Es tarde y tienes que irte a casa. Vamos, te llevaré.

- Alex, qué pasa? - preguntó Solanch confundida.

- No pasa nada, sólo vámonos.

- ¡¡¡Primero me besas y ahora me dices que me vas a llevar a mi casa!!! ¡¡¿¿Qué carajos pasa contigo!!?? - ella gritaba molesta sin poder creerlo.

- Sólo sube a la moto, por favor.

- Ten, ya no tengo frío - Solanch enojada le devolvió el abrigo a Alex dándole un empujón en el pecho.

Alex se puso la prenda nuevamente y subió a su vehículo, al igual que Solanch. Ella se quedó callada y él encendió la motocicleta. Luego de esto, aceleró con mucha fuerza e hizo que Solanch se viera obligada a abrazarlo y sostenerse de él. Ella estaba triste, observando el pavimento húmedo y cómo Alex manejaba a una alta velocidad por la carretera. Había dos cosas que le daban vueltas en la mente todavía: el porqué Alex sólo la besó y pretendió olvidar el beso, y el significado de el tatuaje que el mismo tenía en el abdomen. Solanch prefirió quedarse callada y dejar que el chico hablara del tema o le explicara algo, pero él nunca dijo nada. La calle Oasis estaba completamente empapada, y llena de charcos de agua a través de los cuales se podía apreciar el reflejo de la luna, al igual que el brillo de las estrellas que adornaban el cielo de esa noche. La motocicleta se detuvo silenciosamente afuera de la casa de Solanch y ésta se bajó del vehículo, conjunto con Alex.

La chica volteó a ver al joven, pero al mirarlo a los ojos, la mirada de ella se desvaneció. Su cuerpo colapsó y se dejó caer hacia adelante, yaciendo en el suelo desmayada. Los reflejos de Alex se activaron al momento y corrió hacia ella asustado. El chico la tomó entre sus brazos mientras ella permanecía desmayada, acostada en el suelo.

- ¡¡¡Solanch!!! - decía desesperado sabiendo que ni siquiera podía pedir ayuda - ¡¡¡Respóndeme, joder!!! - dio unas suaves palmadas en las mejillas de ella para lograr que reaccionara, sin embargo todos los intentos fueron en vano.

Alex tomó el bolso de Solanch y empezó a buscar algo que pudiera ayudarlo; pero dentro de el bolso solo había 50 dólares, el teléfono de Solanch y las llaves de su casa.

- Lo único que puede ayudarme ahora mismo son las llaves, así que tendré q llevarla yo mismo a su cama.

El chico levantó a Solanch entre sus brazos, como a una princesa; y se dirigió hacia la puerta con el bolso de Solanch en el hombro, la llave en la mano y cargando a la chica. Al tratar de meter la llave en la cerradura, el trabajo se hizo arduo.

- Mierda. Es complicado hacer que la puerta se abra mientras tengo a Solanch cargada y su bolso en mi hombro.

Después de varios intentos, la puerta se abrió y Alex lo consiguió. Solanch seguía borracha e inconsciente, en los musculosos brazos de aquel chico por el cual sentía cosas que nunca antes había sentido. Alex cerró la puerta lentamente con la punta de su pie izquierdo tratando de no hacer mucho ruido. Frente a él, se encontraban las escaleras que llevaba a la habitación de ella.

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