Capítulo 17: Sueño Convertido En Pesadilla

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- Alex, te amo.

- No más que yo. No sé cómo me has hecho quererte tanto, estúpida.

Ambos estaban acostados en una cama de sábanas blancas, mirándose a los ojos mientras los rayos de sol penetraban por los ventanales.

- Niña fea, necesito decirte algo.

- Sí, ¿qué pasa, Psicópata?

- Necesito que te despiertes.

- ¿Qué dices?

- Estoy muriendo...despierta - el cuerpo de Alex comenzaba a desvanecerse frente a la chica.

- ¡Alex!¿A dónde vas?¿Qué quieres decir con que estás muriendo?

El cuerpo de Alex se había esfumado de la cama casi por completo. Lo último que pudo decir fue:

- Estoy muriendo, tú me viste...DESPIERTA!!!!! - y en ese momento se escuchó el pitido que indicaba la muerte en el medidor de frecuencia cardíaca.

Solanch abrió los ojos y suspiró tan fuerte de tal manera que parecía que la habían apuñalado. Realmente ese era el sentimiento que tenía en su interior...una punzada en el corazón.

- Fue una pesadilla.

- Lo sé, conciencia. Pero ha dicho algo que me ha dejado dudando.

- Ay, cómo eres tonta. Deja de pensar en estupideces.

- No, conciencia. Los sueños y pesadillas son como un espejo tergiversado de la realidad. En la pesadilla, Alex me dijo que estaba muriendo...y que yo lo vi. En el hospital habían varios médicos que llevaban una camilla, corriendo a la Sala de Urgencias gritando: ¡Situación crítica!...y: ¡Lo estamos perdiendo!

- Solanch, por favor...son las 5 de la mañana. Deja de pensar en estas cosas absurdas. - su conciencia la estaba regañando - Aparte de eso, recuerda lo que te hizo hace sólo un par de horas...justo en la noche de tu cumpleaños. ¿Puedes creerlo?

- Lo que en serio no puedo creer es que esté hablando en mi mente con mi conciencia. Técnicamente estoy hablando sola. ¡Qué estúpida!

Solanch se sentó en su cama y volvió en sí. Se puso de pie y caminó hasta la ventana. Eran las 5 de la mañana y afuera estaba oscuro, pero había algo que la sorprendía: la casa de los Fong tenía absolutamente todas las luces encendidas.

- Wow, sus días sí que comienzan temprano - se dijo a sí misma en voz baja - Espera un segundo, las luces están encendidas...pero no se ve ni un sólo movimiento en ninguna de las habitaciones.

La intriga comenzó a remover la mente de Solanch.

- Es extraño, primero el sueño...ahora esto. ¿Alex, qué está pasando?

Decidida, salió de su habitación y caminó por todo el pasillo oscuro hasta llegar a la puerta del cuarto de Nora. La puerta de la recámara se abrió con suavidad y sin hacer el más mínimo ruido. Nora dormía plácidamente como un cachorrito, Solanch la observó por unos segundos para asegurarse de que realmente estaba dormida.

- Es el momento - dijo ella en voz baja y cerró lentamente la puerta del cuarto de su madre.

Solanch bajó las escaleras y se acercó a una mesa con gavetas que había en la sala de estar. Abrió la primera gaveta y sacó sus llaves. Solanch cerró la puerta principal, y finalmente salió de la casa. La calle estaba sumida en una horrible oscuridad y la única vivienda con las luces encendidas, era la de Alex. La chica caminó con sigilo hasta el garage de los Fong e intentó abrirlo, sin embargo estaba cerrado bajó llave.

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