Carta I Auretta

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Querido Doctor Ethan:

Soy Auretta,

Auretta Laetrud.

Sé que faltan tres días para que el invierno llegue a su fin y mi mente se siente muy confusa. No lo negare, sigo igual de aterrada que siempre. A veces me preguntó si es mi culpa, si el dolor acabará o si el solo hecho de  cerrar mis ojos sería suficiente para calmar mi agonía.

Doctor Ethan, nada fue diferente en mi rutina excepto por usted.

Marcó una mínima diferencia, pero que sin quererlo, hizo que algo dentro de mi se sintiera tan vivo como en aquellos tiempos en dónde era ingenua e inocente al dolor. Aún así, su mentira fue un tesoro preciado para mí.

Un engaño que quiero creer y aferrarme con todas mis fuerzas porque por un momento, me hace querer vivir.

¿Qué es?

No lo sé.

Solo es usted y su mentira.

Aquella amabilidad que me muestra y su sonrisa carente de emoción es suficiente para que yo, quiera cambiar de opinión y luchar por querer seguir existiendo. Aunque no sea del todo sincero conmigo, todo lo que siento por usted es tan real que no pudo describirlo.

Doctor Ethan, siento que lo quiero.

Aunque usted, a mi no.

Te escribo esta carta porque mi mente aún no entiende y mi alma aún ruega por un poco de consuelo. Este infierno es insostenible y no se cuanto más podré aguantar. Hay muchas cosas que quiero hacer, que quiero contarle y preguntar, pero no me atrevo y siento que el tiempo corre como el agua.

Doctor Ethan, quiero cambiar de opinión pero mis manos no pueden detenerse y por miedo, quiero al menos poder despedirme de alguien que aunque miente, sé que quiere ayudarme.

Doctor Ethan, si por casualidad me rindo y no puedo seguir avanzado, hay algo que quiero pedirle.

Por favor, encuentre al hijo de Riona y dele una buena vida por mi.

Aunque no pueda sentir, y no sonría genuinamente, sea amable con esa niña por favor.

Adjuntaré una foto al final de esta carta que tiene algo que puede servir para que pueda encontrarla Doctor.

Muchas gracias por todo,

Por siempre en mi memoria y corazón, Auretta Laetrud.

Ayúdame a morir, Ethan Collins ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora