29: Lloré

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Nadie te dice para qué naces, nadie te dice nunca como tienes que amar y nadie tampoco nos enseñan que hablar nos haría tan libres y  dueños de nosostros mismos y también, dueño de nuestros espacios, de nuestros sueños y de todo aquello que queremos conquistar.

Descubrí hace muchísimo tiempo lo mucho que amaba aprender, lo mucho que me dolió no poder estudiar en la universidad gracias a qué no pude gozar de muchos derechos civiles, que al nacer, tal vez tampoco te dicen que los tienes ni que los tienes que defender o como lo vas a hacer. No podía estudiar, ni trabajar, ni comprar propiedades a mi nombre. Cuando salí del liceo no recibí mi siquiera mi título de bachiller.

Lloré demasiado.

Lloré porque entre mis sueños habían un montón de carreras que quería estudiar y que tuve que meter un rato en la gaveta.

No voy a hablar justo ahora sobre el problema, pero en resúmen, no tenía identidad, y sin eso... No podía hacer nada, sentí que mis sueños se habían ido por la borda, como si el sistema me hubiera arrebatado no solo uno de mis sueños, sino muchos, y consigo se estaban robando también mi tiempo.

Entonces, en un momento decidí que no podía dejar que eso me quitara tanto, yo amaba aprender, amo aprender, así como amo las letras, así como amo el arte, así como me amo a mi misma.

Y comencé a escribir, de ahí nacieron los cientos de poemas que han leído, los libros que he escrito y todo aquello que han conocido de mí. Agarré un día las fuerzas que no sabía que tenía y no solo me puse a escribir, sino que también tomé la determinación de ser feliz y de aprender TODO lo que yo quisiera, aunque no pudiera entrar a una universidad.

Decidí que nada me iba a detener, y hasta ese día algo me detuvo. Ahí se acabó todo.

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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Desde el agua salada. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora