Just run and love

9. ¿Celos?

>*>RECUERDO<*<

(Narra Dani)

Me veía a mi, tumbada en una cama tratando de dormir, cuando escuché a alguien murmurando cosas en la cama que había junto a la mía. Me acerqué para escuchar lo que decía, y ver qué le pasaba. Había una niña pequeña, rubia, yo no la conocía o por lo menos no la recordaba, aunque al parecer mi yo de ese momento sabía perfectamente quién era.

Me tumbé en la cama, junto a la niña, y la abracé, tumbandola entre mis piernas con su cabeza recostada sobre mi abdomen, mientras le acariciaba el pelo y dejaba pequeños y cortos besos en su cabecita.

-¿Qué te pasa Maise, cariño?- le preguntaba, y ella me miró con ojos tristes y cansados antes de responderme.

-No puedo dormir, y he escuchado que van a mandarme al laberinto, queda poco para que se cumpla el mes. No quiero olvidar Dani, además a los que envían allí mueren- dijo la niña, casi entre lágrimas, y yo le respondí tranquila para que mantuviera la calma y pudiera dormirse.

-No van a enviarte al laberinto, peque, yo no lo permitiré. Y aunque eso fuera cierto no morirás, porque... ¿sabes quiénes estarían allí para cuidarte?

-No, ¿quiénes?

-Nuestros amigos, Newt, Minho, Alby, Jeff, Scott...- decía cuando la niña volvió a hablar.

-¡Pero no quiero olvidarte!, ¡o a Thomas!

-Eso no va a pasar, peque, y recuerda que si alguna vez pasa nos volveremos a encontrar, te lo prometo- le dije, estuvimos unos minutos en silencio hasta que Maise rompió el silencio antes formado.

-¿Lo echas de menos... a tu novio Newt?- preguntó, con una pequeña sonrisa inocente.

-Claro que sí ratoncita, pero ¿por qué lo preguntas?- le respondí, obviamente lo extrañaba, más que a ninguno de los otros chicos y aunque lágrimas querían salir de mis ojos, no quería que Maise me viera llorar.

-No sé, es que me caía muy bien y siempre me cuidaba como tú... hasta guardé la foto que os hice con la cámara que encontramos- me dijo, y yo me sorprendí por aquello, pues pensé que esa foto se había perdido.

-¿De verdad?, y dónde está- pregunté.

-Ahí- me dijo, señalándome un cajón al lado de nosotras, justo entre nuestras camas, estiré un poco el brazo y la busqué, cuando la encontré, saqué la foto y la observé. Ahora sí que estaba a punto de romper en llanto, pero no quería que mi prima me viera y dejé la foto sobre la mesilla, para mirar a la niña y cambiar de tema.

-Bueno, yo creo que ya es hora de dormir, ¿vale?, mañana seguiremos hablando ratoncita, hasta mañana- le dije, estuvimos unos minutos más así hasta que se durmió. Alguien abrió la puerta, se sentó en una esquina de la cama, era Mary. Una doctora que siempre se preocupaba por nosotros.

-Hola, Mary, ¿necesitas algo?

-Tengo que contarte una cosa Dani... Ava quiera mandaros a una de vosotras dos al laberinto y...

-¿Qué, por qué?- quería gritar, pero no podía o despertaría a Maise

-Lo sé... lo sé, he intentado convencerla pero no puedo, no está claro a quién enviará pero...

-No, envíame a mí, pero dejar a Maise tranquila, por favor- la interrumpí, no era algo que me hiciese gracia, pero prefería que me enviaran a mí antes que a ella.

-Dani, ¿estás segura?- yo solo asentí- de acuerdo... se lo diré a Paige, te enviarán en una semana o quizás un poco menos... Ten cuidado y lo siento, de verdad- me dió una mirada compasiva y se marchó.