Danielle llega al claro al final del primer año, a pesar de que nadie recuerda nada. A ella le empezarán a llegar recuerdos que tendrá que entender para escapar del laberinto, más problemas podrán surgir le durante su vida en el claro. Incluso podrá...
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(Narra Danielle)
-¡Sí!, joder sí, me gusta Newt- respondí rápido y ambos giraron a verme, con una sonrisa.
No pude evitar que mis mejillas, se pusieran rojas como un tomate, Maise y Minho, me miraban con una gran, y molesta, sonrisa, ya empezaba a arrepentirme de haber aceptado eso en voz alta.
-Vais a decir algo o…
-¡Lo sabía!- gritó Minho, interrumpiendo me, y provocando que mi prima y yo, diéramos un pequeño salto en nuestro lugar por el susto- yo lo sabía, lo había dicho, te lo dije- repitió en dirección a Maise, señalándola- ¡soy un genio!, la próxima vez que diga algo, tendréis que escucharme y recordar que yo siempre, pero siempre, tengo razón- expresó.
-Desde luego, desbordas humildad- respondió Maise, con sarcasmo.
-Maise, me haces sentir orgulloso, de lo bien que te estoy criando- dijo, con una mano en el pecho y falsa emoción, yo únicamente entre cerré los ojos y fruncí el ceño.
-Volviendo a lo importante, ¡por fin lo has aceptado!, te gusta, te gusta- canturreó mi prima, definitivamente ya me arrepentía de haberlo dicho.
-A ver, par de cansinos- comencé- qué más da eso ahora, soy la última persona a la que Newt quiere ver ahora mismo, y a mí no me apetece hablar con él o verlo- expliqué, no es que no quiera volver a hablar con él, pero de momento, no me apetece estar con Newt en la misma habitación.
Maise rodó los ojos, y bufó, cansada de que no le diese la razón y no hiciese lo que ella decía.
-Ellos dos me desesperan- dijo, la pequeña rubia, en dirección a Minho.
-Te entiendo, yo llevo así un año- respondió, ganándose una mala mirada mía-, pero, hablando en serio Dani, la niña tiene razón deberiais ser sinceros el uno con el otro, y arreglar esta estúpida pelea- explicó el asiático.
-Es algo más complicado que eso Minho- dije, incorporándome de la estantería en la que me apoyaba.
Caminé hacia Maise, quien seguía sentada junto a una pequeña mesa, en la que llevaba todo el día dibujando, me coloqué detrás de ella apoyando una mano en su hombro derecho, y con la otra acariciar su pelo, para después dejar un pequeño beso en su cabeza.
-Y, para serte sincera- comencé, bajando la mirada en dirección de los dibujos de mi prima-, lo único que me apetece ahora es…- dejé de hablar en cuanto me fijé mejor en ellos, alcé la cabeza, viendo a Minho con una mirada muy preocupada.
-¿Dani qué pasa?- preguntó el asiático, al ver mi cara.
-Convoca una reunión de los guardianes y líderes ahora- pedí, con prisa.
-Dani…- dudó mi amigo.
-¡Ahora!
El asiático salió rápido de la enfermería, después de mi exigencia, Maise me miró extrañada por mi repentino cambio de humor, me agaché de rodillas a su lado, intercambiando mi mirada entre ella y los dibujos.