23. Heridas que nunca sanan

234 18 9
                                    

Danielle:

Me dirigía hacia los jardines con Guau, ya que hoy tenía el día libre, se suponía que Newt estaría ahí con Thomas, el verducho, no sabía por qué ese chico me despertaba tanto interés.

Pero el recuerdo de anoche, me dio intriga, porque nos conocíamos de antes, necesitaba hablar aunque fueran cinco minutos con él, obviamente no le iba a decir nada del recuerdo, pensaría que estoy loca.

-Hola rubio- saludé, Newt paró de trabajar y me miró con una sonrisa.

-Hola linda, ¿qué haces aquí?, pensé que estarías ocupada.

-No, tengo el día libre y Maise está con Fri, así que mi única compañía ahora es este cachorro- expliqué.

-Guau ya no es un cachorro- 《siempre será mi cachorro》, pensé.

-Por cierto dónde está el novato, no tenía la prueba aquí- hizo una mueca de fastidio- ¡lo has mandado a por fertilizante!- reclamé molesta.

-Sí, por lo que más quieras, llévatelo, yo ya no lo aguanto más, no he visto en estos tres años, a alguien que haga tantas preguntas- aseguró harto.

-Ni de coña, por lo que me han contado, ha estado diez minutos en la enfermería y casi mata a un clariano- informé- pero mejor voy a hacerle una visita al bosque, luego te veo- dije, marchándome al bosque, con Guau a mi lado.

Narrador omnisciente:

El chico caminaba sin saber a dónde iba, solo decía protestas al aire, por tener que hacer aquella tarea.

Estaba tan perdido en sus pensamientos, que el susto que se dió fue mayor, cuando un cuchillo, pasó a escasos centímetros de su cara, hasta clavarse en el tronco de un árbol a su lado.

-Joder- susurró, agarrándose el pecho con una mano.

-Te veo un poco perdido, sabes- informó la chica, acercándose junto a su perro, al novato.

-Eres consciente de que podrías haberme matado con esto, verdad- preguntó, devolviéndole el cuchillo a su propietaria.

-Que va, tengo buena puntería, te aseguro que ese cuchillo, no te iba a dar- aseguró Danielle, parándose frente a él, y agarrando su cuchillo.

-Soy Thomas- se presentó, extendiéndole su mano a la chica.

-Estaba anoche en la fogata, lo escuché, soy Danielle- respondió de la misma manera-, y este es Guau- dijo, acariciando al perro.

-Hola chico- se arrodilló junto al perro, comenzando a acariciarle-, ¿ladra mucho?- la castaña negó- entonces por qué ese nombre.

Danielle solo se encogió de hombros, el nombre ya lo tenía, antes de que ella llegase al claro.

-Ven conmigo , te ayudaré a encontrar el fertilizante- ordenó, comenzando a caminar- Guau, ve a buscar a Maise- el perro se marchó en busca de la niña.

-¿Siempre te hace caso?

-Normalmente sí, excepto cuando quiere dormir- respondió.

Ambos siguieron caminando un poco, el chico hacía preguntas sencillas, y ella respondía a las que sabía.

-¿Qué es esto?- preguntó agachándose.

-Son las tumbas de antiguos clarianos, que murieron- explicó agachándose también.

-George- murmuró el novato frente a una de las lápidas.

La chica pasó suavemente las llamas de sus dedos, sobre la de su amigo, donde estaba escrito “Scott”, su mirada se cristalizó un poco, así que cerró sus ojos con fuerza, para evitar que las lágrimas salieran.

Just run and loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora