(Narra Dani)
Desperté rodeada por la oscuridad, y muy confusa. No entendía qué estaba pasando, escuchaba sonidos extraños como si de metales y hierros chocando, se tratara.
Estaba dentro de una especie de jaula o ascensor extraño, que subía a gran velocidad, lo cual provocaba que las cadenas chocaran entre sí, causando un gran estruendo. Lo único que iluminaba el lugar era una luz roja parpadeante, aproveché las veces que la luz iluminaba mi entorno para ver si encontraba algo qué me pudiese servir, para defenderme en caso de que se abriera, y también para ver qué había allí. Sólo encontré un cuchillo o navaja 《quizá me sirva de algo》 pensé mientras lo escondía en un bolsillo de mi pantalón.
Giré al escuchar ruidos, como de animal detrás de mí, así que me acerqué a la caja de la cual provenía el ruido, era una especie de ¿cerdo?, no estoy segura porque no lo vi muy bien, pero del susto salté hacia atrás golpeándome la cabeza con una de las paredes, y me empezó a salir un poco de sangre aunque no le dí importancia.
La jaula no se detenía, así que simplemente me senté en una esquina, con las rodillas abrazándolas contra mi pecho, y me puse a pensar. Al hacerlo me di cuenta de que no recordaba nada, ni mi nombre, ni a mis padres, ni mi casa, para resumir no recordaba una mierda sobre mi vida. Sin darme cuenta las lágrimas empezaron a salir de mis ojos y a recorrer mi cara dejándome las mejillas húmedas, no sabía si era por frustración de no recordar nada, por miedo a lo que me pudiera pasar o ira de no saber qué hacía ahí.
Después de un rato dejé de llorar y la jaula se detuvo bruscamente haciéndome caer al suelo quedando tumbada, porque me había vuelto a colocar en el centro, las puertas de la jaula se abrieron de par en par entró mucha luz del sol, lo cual hizo que me tapase los ojos hasta que me fui adaptando a ella, se escuchaban diferentes voces a mi alrededor, desde arriba, me apoyé sobre mis codos para poder incorporarme y observar mejor a los dueños de las voces.
Lo que ví no me tranquilizó para nada, pues solo había chicos, ninguna chica, y todos murmuraban cosas extrañas y contradictorias. Un chico. Alto, pálido, pelo rubio como dorado y ojos marrones, tampoco me pude fijar demasiado. Bajó a dentro de la jaula y se acercó a mí, me alejé moviéndome hacia atrás por el miedo y la desconfianza a lo que él se detuvo en seco, me observaba extrañado como si estuviese viendo algo nuevo, no entendía que le extrañaba tanto para que me mirase así.
-¿Qué pasa Newt, está muy asustado el novato?- preguntó uno de los chicos.
-¡Es una chica!- respondió el chico frente a mí, ahora sé porqué me miraba tan raro, pero seguía sin entender su sorpresa, acaso nunca habían visto a una chica.
-¿Está buena?- preguntó un chico a lo que varios empezaron a reír y gritar comentarios desagradables y molestos del mismo tipo. Yo miré hacia arriba incómoda y asqueada, el chico rubio lo notó y les gritó.
-¡Callaros de una vez pingajos, la estais asustando!- más bien asqueando diría yo, pero eso también vale. En ese mismo momento todos se callaron y él se me volvió a acercar y yo retrocedí otra vez, no iba a dejar que se me acercara, y mucho menos después de escuchar a los otros chicos y de ver que llevaba un machete en la espalda.
-Tranquila, no te vamos a hacer daño ¿vale?- ni de coña me voy a fiar de ellos pensé, aunque el rubio lo dijera en un tono amable y tranquilo yo no iba a confiar en ninguno de ellos, el chico se acercaba, pero yo no retrocedí esta vez puesto que tenía una idea mejor y además casi no me quedaba espacio en la jaula aquella, una vez que él estaba lo bastante cerca y se empezó a agachar estirando su mano hacia mí, para que yo lo agarrara y me pusiera de pie, le dí una patada en el estómago que lo mandó contra la pared de enfrente, quizás me pasé de bruta pero no iba a pedir perdón, que no se hubiera acercado.
-¡No te me acerques!- le grité con furia.
-Tranquilízate- me dijo otro chico de tez oscura, con voz firme, bajando a la jaula y ayudando al rubio a incorporarse-soy Alby ¿de acuerdo?- yo no respondí- como ya te ha dicho Newt no vamos a hacerte daño, pero necesitas nuestra ayuda para salir de la caja- ¿qué caja?- así que cálmate y deja que te ayudemos a subir- cuando terminó de decir aquello, observé todo el lugar y me dí cuenta de que tenía razón necesitaba su ayuda para subir.
Me puse de pie y dejé que me ayudaran a subir, aunque seguía sin fiarme de ellos, una vez arriba. Observé todo a mi alrededor y vi que estaba rodeada por cuatro muros muy altos, pero me centré más en los chicos que me rodeaban, serían unos 15 quizá menos, empecé a caminar hacia atrás lentamente, hasta que una punzada de dolor en mi cabeza por el golpe de antes me detuvo, todos los chicos empezaron a murmurar cosas que no entendía. Yo solo giraba mi cabeza en todas las direcciones posibles con el terror y el pánico en mi rostro.
Volví a tocar mi cabeza, donde me había hecho la herida, y tenía sangre, los dos chicos que me sacaron de la "caja" se acercaron a mi, pero antes de que me pudieran decir algo me desmayé y todo se volvió oscuro.
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Volví a despertarme y estaba sola en una habitación, tumbada en una especie de cama muy incómoda.
Toqué mi cabeza y ya no sangraba, apenas dolía. No tenía a nadie cerca, así que aproveché que nadie me viera para salir de la "habitación" en la que estaba y sin que ninguno de esos chicos se diera cuenta salí corriendo hacia una especie de bosque, y me subí a un árbol para esconderme y que no me encontraran...
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Just run and love
Fiksi PenggemarDanielle llega al claro al final del primer año, a pesar de que nadie recuerda nada. A ella le empezarán a llegar recuerdos que tendrá que entender para escapar del laberinto, más problemas podrán surgir le durante su vida en el claro. Incluso podrá...