Zona de Fans

Extra 2

Extra 2/3

Parpadeo un par de veces tratando de enfocar mi vista borrosa en cualquier cosa, pero me siento tan débil, cansado y somnoliento que apenas abro los ojos los vuelvo a cerrar por la pesadez que tengo en estos. 

Hay un olor extraño que flotaba en el aire; un olor a desinfectante, antiséptico y muerte que solo hacía doler más mi cabeza y revolvia mi estómago vacío. 

—Veo que ya has despertado. 

Dice alguien en la habitación, alguien que no es mi padre. 

—Si, agh —me quejo. Tengo la garganta seca y me pica, sin mencionar cuánto duele al pasar saliva. 

—Dime Jimin, te duele algo. 

—Todo. 

Abro un ojos descubriendo una habitación blanca llena de aparatos e instrumentaria de hospital. Frente a mi la figura difusa se aclara mostrando a un hombre de edad promedio, lleva anteojos de montura azul, una bata blanca y un traje azul de hospital. Ojea la carpeta en sus manos asintiendo. 

—Tu caso es sumamente interesante Jimin… 

Frunzo el ceño. ¿Mi caso? 

—Mi caso… Que tiene de especial. 

El doctor sonríe, se quita los anteojos metiendolos en la bolsita de su bata. Deja la carpeta a los pies de la cama y se aproxima revisando mis ojos y oídos. 

—Por lo que veo no sabes que estas embarazado. 

—E-em-bara-zado —suelto una risa nervioso. —tiene que estar equivocado —vuelvo a reir —soy un chico… no puedo estar… eso. No. 

—Lee aquí. 

Pide el doctor, volviendo a tomar su carpeta me muestra una hoja en específico. 

—Positivo en prueba de embarazo… —levantó la mirada enfocando al doctor —eso debe estar mal… No debo ser yo, soy un chico…. No-no puedo. 

Soy un chico, eso debe ser un error. 

De vuelta el malestar en mi estómago repiquetea exigiendo atención. 

Inconscientemente me llevo la mano presionando el lugar, estoy en shock, esto debe ser una broma de mal gusto. 

—Se que es difícil de creer Jimin, pero es verdad, tienen alrededor de cuatro meses. 

—Cuatro meses… no —niego —por favor haga de nuevo la maldita prueba, debe estar equivocado. 

Sacando de debajo de las hojas en la carpeta el doctor me muestra alrededor de cinco hojas de prueba de embarazo sanguínea, todas con el mismo resultado. 

—No… es imposible. 

—Varios doctores de la clínica han venido a ver tu caso, pero estamos manteniendo todo en privado por ordenes de tu padre. 

—¡Que! ¡¿Mi padre lo sabe?!

—Asi es. 

Apuño los ojos, no entiendo porque no estoy histérico, no todos los días te dicen que estas embarazado, al contrario me siento asustado y hormonal. 

¿Embarazado?

¿Siquiera es eso posible? 

Como si lo hubiéramos invocado mi padre aparece, un café en mano y una bolsa plastica en la otra. 

—¡Jimin! 

Exclama viniendo a abrazarme. 

—Papá, diles que es mentira —Sollozo en sus brazos —No soy una mujer, no puedo estar embarazado. 

Papá cierra los ojos, ¿porque tampoco dice nada?

—¿Papá? 

Da un largo suspiro. 

—Hay algo que debo decirte, el médico nos lo dijo hace años… tu caso es uno en un billón, solo ha habido cinco casos con el tuyo en menos de diez años. 

—Ah que te refieres. 

Cerrando los ojos suspira, toma mis manos apretando. 

—Cuando naciste enfermaste de gravedad, todos los bebés nacidos en esa temporada enfermaron del virus XRV3, es una variante de un virus mutante que fue expuesto al mundo para bajar la tasa de natalidad debido a la sobrepoblación del planeta —remoja sus labios, estoy atónito ante sus palabras, jamás oí hablar de nada relacionado a lo que me está contando. —la mayoría de los niños murieron, unos pocos quedaron enfermos de gravedad pero al no haber cura… murieron; sólo una pequeña parte sobrellevo el cambio perfectamente… pero sus cuerpos cambiaron. 

—Sigo sin comprender. 

—Tu cuerpo se modificó Jimin… algunas pequeñas féminas quedaron esteril pero algunos chicos, como tu tienes la capacidad de albergar vida en su interior. 

—Osea que tengo un útero. 

—En pocas palabras, si. Pero aún no estamos seguros. 

Niego. 

Ellos creen que soy tonto. 

Están jugando con mi mente. 

Molesto, me quito los cables y aun en la bata bajo de la cama señalando tanto al doctor como a mi padre y enfermeras. 

—Todos ustedes están locos. 

Grito antes de salir de la habitación. 

—Embarazado mis cojones. Malditos locos. Ja, y creen que les voy a cre…eer.

Paso saliva duramente que raspa mi garganta al ver lo que mis ojos miran. 

Con los puños tallo mis ojos, creyendo que están jugando con mi mente. 

Frente a mí hay un chico de unos veinte años, es alto pero está más que claro que lo que lleva en su estómago no es un balón; si no que está muy embarazado. 

—Tienes que estar bromeando. 

Exclamó llamando la atención del chico quien de gira sonriéndome, sus manos acariciando su redondez. 

—¿Has dicho algo? 

Inquiere el chico, mirándome con una pequeña sonrisa. 

Niego, apresurando a salir por otro pasillo donde encuentro a mi padre y al doctor. 

—¿Mamá lo sabe? 

Pregunto nada más ver a mi padre. 

—Lo hace, pero ignora todo lo relacionado con el tema. 

Entiendo. 

Entiendo perfectamente bien. 

Tampoco quiero que nadie se entere. 

—Si es verdad lo que dicen… no quiero que nadie lo sepa. 

Papá suspira pero asiente al igual que el doctor. 

Acercandose me apapacha contra su pecho, dejando un beso en mi cabeza. 

—Todo saldra bien.