Lunada Pt 2

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Jungkook frunce el ceño mirando en dirección contraria a la que me encuentro, aprieta los labios empujando la lengua contra la mejilla, suspira, pasa ambas manos por su cabello y vuelve a mirarme, no hay sonrisa, ni miradas coquetas solo un vacío indescriptible en sus ojos avellana. 

Por un momento me pierdo en ellos, porque a pesar de no estar brillando siguen siendo lindos. 

Pero aun no soy capaz de leerlos como a su expresión corporal. 

Dando un último suspiro decide hablar. 

—Quién te dijo algo como eso…

—¿eh? 

—Es por nuestra amistad y cercanía. 

—Bueno, no sé hasta qué punto ha llegado la amistad entre ustedes, pero si ha pasado algo… no crees que seria mejor enterarme por ti y no por alguien más. Aunque lo nuestro no funcionará—. 

que cabe la posibilidad. 

—Haremos que esto funcione, ok. 

Muerdo mi labio, algo decepcionado ya que al final no me dijo nada sobre lo que quería saber, tal vez le estoy dando demasiada importancia pero las palabras de Mingi siguen taladrando mi cabeza tan profundo que comenzaba a doler. 

—Ok. Haremos que funcione. 

Solo esperaba que mi corazonada fallará y las palabras de Mingi no se volvieran mi mártir. 

[...] 

Las nubes grises se habían dispersado en el cielo dejando un delicioso aroma a tierra mojada aunque con la playa y la arena salada cerca no se apreciaba tanto. 

Cierro los ojos llenando mis pulmones de aire fresco, en México hay playas tan hermosas como esta solo que demasiado lejos, aunque mi favorita sin dudas se encontraba en Mazatlán donde su malecón es el más grande en el mundo. 

Abro los ojos oyendo murmullos molestos, trato de buscar de dónde provienen hasta que los encuentro a lo lejos, medio ocultos detrás de un par de plantas, Mingi parece estarle reclamando algo a Jungkook. 

Y no es que sea un experto leyendo los labios pero se que Mingi menciona mi nombre un par de veces en su acalorada conversación. 

—No le tomes mucha importancia, esos dos tienen una especie de relación amor odio. 

—Y con eso se supone que no debo sentirme mal. 

Me giro en el lugar viendo a los ojos de quien ha metido un poco de cizaña en mi cabeza. Una sonrisa ladina muestra su rostro libre de imperfecciones. Su cabello castaño bailando con el viento, Taehyun alza una mano retirando los cabellos que se han aferrado a sus pestañas cubriendo sus marrones ojos. 

—Vaya tienes carácter Jimin. Me gusta, así no pondrás las cosas fáciles a Jungkook. 

Inhalo profundo mirando fugazmente hacia donde Jungkook y Mingi ahora ríen. Realmente esos dos son tan impredecibles estando juntos. 

Parpadeó volviendo a mirarlo, él… Realmente dijo la palabra «me gusta» las mejillas se me calientan hasta la punta de las orejas, esa cualidad coreana no me gustaba, ya que delataba mucho de mis estados de nerviosismo. 

—¿Por qué lo dices? 

Taehyun sonríe mientras niega, su voz un tanto ronca, me recuerda a esos solos que ha tenido en el último disco, aunque la dualidad de su voz puede llegar a ser grave y suave al mismo tiempo. 

Remoja sus labios. 

Sus ojos traviesos mirándome de pies a cabeza, entrecierra los ojos, se quita los lentes de detrás de su nuca y se los pone. 

—Quieres ir a caminar conmigo a la orilla de la playa, Jin está preparando todo, no suele dejar que nadie meta mano a sus platos, dice que cuando ayudamos lo único que hacemos es estorbar y estropear. 

Encoge los hombros, mete las manos dentro de su short bermuda, y camina hasta la arena mucho antes de que le responda. 

Al volver a mirar hacia donde las plantas Jungkook y Mingi ya no se encuentran; lo que hace que mi corazoncito decaiga en la tristeza y los malos pensamientos. 

Suspiro caminando también hasta la arena donde hundo los dedos gimiendo bajito por lo cálida que es.

—Acaso quieres distraerme de algo… Es por Jungkook y Mingi… Ellos dos...

—No —niega —no pongas palabras en mi boca que no he dicho, pero descuida, ellos no son nada… tal vez hayan tenido sus cosas pero jamás serán mas haya de eso.

No estoy entendiendo… Entonces ¿se gustan?

Frunzo el ceño. 

—¿Por qué? 

—No lo sé, creo que más que nada ellos intentaron tener algo por army. Pero no funcionó. 

Sería la presión de Army para que ellos confirmaran su relación. 

Me llevo el cabello rebelde detrás de las orejas pero este vuelve al frente, revoloteando como ave de rapiña. 

—Pero debes saber una cosa Jimin, jamás antes vi a Jungkook tan inquieto por nadie —expresa deteniéndose, estamos a la orilla del mar, las suaves olas llegan hasta la punta de nuestros dedos y luego se aleja, volviendo con más intensidad en su vaivén. —Él suele ser muy duro consigo mismo, pero desde que habla contigo, supongo, él está más relajado. 

—De verdad. 

—Si. 

Hace una pausa, Taehyun se inclina garabateando en la arena caracteres al azar. 

Su vista posada en la arena, con la lengua de fuera en total concentración. Y cuando el agua vuelve para llevarse consigo lo que ha escrito, se levanta con una mueca, sacude sus manos, apretando los labios y vuelve a meter las manos en los bolsillos de la bermuda viendo a la lejanía la paz que trae el mar. 

—Pero debes saber una cosa fundamental Jimin… Ser pareja de un Idol no es fácil, tienes que ser fuerte en todos los sentidos. El Hate que puedes recibir puede hacerte mucho daño; y nadie merece algo como eso. Mucho menos una persona tan linda y cálida como tú. 

Me quedo perplejo ante sus palabras, no sé de qué forma interpretarlas, se que no han sido dichas con malicia, pero justo ahora me siento tan nervioso. 

—Porque lo dices… No me conoces. 

—No necesito conocerte para saberlo, tu aura es tan pura y blanca. 

Parpadeo, de pronto se siente extraño estar aquí y ahora con Tae, juraría que me está coqueteando… Pero eso sería demasiado tonto

Remojo mis labios desviando la mirada hacia otro lado para que no note lo sonrojado que estoy. 

—Deberíamos volver. No quiero hacer enojar a Jungkook porque me he llevado a su chico… Por cierto, deberías guardar mi número, por si las dudas. 

Entregándome un papelito con su número Taehyung se marcha de vuelta a la casa dejándome un par de pasos atrás, admirando su pulcra pero torcida caligrafía. 

—¿Vienes? 

Asiento trotando hasta llegar a su lado de vuelta. 

El olor de la carne frita se siente en el aire conforme nos vamos acercando a la casa, la suave música resuena desde algún lado y Jin canta a todo pulmón junto a Hoseok. 

Guardó el papel dentro de la funda del celular y meto este en mi bolsa trasera del pantalón antes de entrar de vuelta a la casa. 

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