𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚊𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚐𝚎𝚍𝚒𝚊𝚜

𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟽 - 𝚝𝚎𝚛𝚛𝚘𝚛 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚖𝚊𝚛

Unas semanas después tocaba retornar a Chile, el mismo delicado procedimiento para pasar por el aeropuerto sin problemas.

Pelusa al llegar fue a su habitación como los demás a dejar sus cosas, y buscó a Ezra, el cuál no apareció

Le pareció extraño pero fue a jugar un poco con los felinos de la base, o a explorar la ciudad, que ni sabía cómo se llamaba pero la mantenía bastante cómoda

—Estrella

—Que pasó Pelusa?— sonrió levemente y le prestó atención a la menor

—Se puede salir a explorar la ciudad?

—Hmm... Creo que sí, solo ve con cuidado, siempre hay gente mala por algunos lugares. Si no vuelves pronto te llamaré

—Ya, gracias, no me esperes despierta!— bromeó y salió corriendo a su habitación

Se arregló de nuevo y en una mochila pequeña puso su billetera con el dinero suficiente si lo necesitaba, documentos y por su puesto armas para su defensa

Se puso unas guantillas, ya que "le daban estilo" y salió de su habitación, se despidió de sus amigos y salió a explorar la ciudad.

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Era hermoso, muchos mosaicos, y bastante gente, la mayoría que la miraba con algo de curiosidad por sus rasgos físicos, pero seguía caminando bastante feliz

Era un poco más alta que el promedio.

Llegó a la plaza, vio una estatua de al menos unos 5 o 6 metros de un caballero montando un caballo, su rostro no se veía, pero era increíble que desde cierto ángulo el sol quedaba justo iluminando su cabeza con su sombrero

Le daba una sensación extraña... No incómoda, pero no sabía cómo identificarla, había una pequeña descripción que la confundió más

"El hombre de los mil rostros", a qué se refería? Con más dudas que respuestas decidió seguir paseando y descubriendo.

Había música, música muy bonita con flautas y guitarras, no dudó en darle monedas a los músicos y se quedó un rato más a escuchar

—(porqué hay tanta gente... Será Santiago esto?)— pensaba algo confundida mientras paseaba

hasta que comenzó a ponerle atención a los colectivos y sus paradas, además de carteles de la municipalidad

"Puente Alto"

—... Que chucha es Puente Alto y que hago aquí-... No puede ser (que nombre más raro) — dijo en voz baja para si misma mientras veía un cartel grande de la municipalidad

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Después de unas horas volvió a la base aunque con algo de dificultad y saludó a sus amigos

—Y? Cómo te fue con la exploración

—Que es Puente Alto.. porque se llama así y quién chucha es el caballero de la plaza — dijo Pelusa confundida mirando a los tres felinos

—Ehhh... Larga historia, vamos a comer?— dijo Israel tratando de cambiar el tema y sonrió, ya que si tenía hambre

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Fueron al comedor de la base, disfrutaron de una buena comida mientras hablaban y reían, hasta que Israel en la lejanía escuchó unos ruidos extraños

—Esperen... Oyen eso...?— agudizó más su oído y comenzó a mirar alrededor

—Oír que?— Pelusa miraba también aunque ella y los demás no oían nada

—Es... Alguien llorando, suena como un niño... Ya vuelvo— se levantó rápido de la mesa y fue a buscar lo que sea que estuviera haciendo ese ruido

Se le hacía extrañamente familiar y eso le causaba algo de pánico, mientras salía de la base y ya en un cielo que se oscurecía, trataba de buscar que causaba el ruido

—Hola? Hay alguien ahí?!— caminaba cada vez más cerca, aunque se alejaba de la base

—Israel!! Ayúdame!!!— escuchó a lo lejos, era la voz de Ezra, y a pesar de haber visto su muerte corrió lejos cuando lo oyó

Gritaba el nombre de su amigo mientras corría detrás del sonido, corrió lo más rápido que pudo, y claramente en poco tiempo también comenzó a dejar caer unas lágrimas por sus mejillas

Cuando llegó, a un costado del rio, había un adolescente, todo mojado, con frío y llorando. Abrazaba sus piernas en un intento de darse calor y miró a Israel

—Ezra!! Ezra.. estoy aquí, que... que haces aquí?! — quería decir que su amigo estaba muerto pero no se atrevía, sabía lo que iba a doler para él y también para Ezra si lo era realmente

—Llévame a casa, quiero irme a casa.. alguien me empujó al río... Tengo miedo Israel— dijo entre lágrimas con la voz quebrada

No había de otra.

—Pero... Ezra... Tú.. tú estás muerto...— le dolió tanto decir eso que dejó caer más lágrimas

—Pero quiero ser salvado...

Aunque sea mucho pedir...— una fuerza extraña comenzó a empujarlo al río, era muy fuerte a pesar de que el menor se resistía

El mayor no tuvo más que seguir a su amigo, lo siguió incluso cuando cayó al río y trató de alcanzarlo

Cuando lo logró, abrazó al adolescente con fuerza mientras trataban de salir a la superficie y salir de la corriente del río

Por suerte sus amigas lo estaban buscando ya que ya había pasado rato y no había vuelto

Katy alcanzó a verlo en el río y las tres agarraron a ambos y los sacaron, aunque el adolescente ya no reaccionaba

—Ezra..? Ezra!!— no se preocupaba por nada más, solo por su amigo, que estaba en sus brazos— vamos weon, responde, por favor, Ezra!!!

Ezra... Contéstame... No te vayas de nuevo por favor... Quédate conmigo, quédate, por la chucha!! Ezra!!

Pelusa al saber de quién se trataba quería intervenir, pero no lo hizo. El más alto estaba viendo si el menor tenía pulso y si respiraba mientras lo llamaba, se veía desesperado

Hubo una pequeña respuesta

"Me salvaste...
Israel" el niño sonrió levemente, con bastante esfuerzo ya que ya no tenía fuerzas

—No.. Ezra, quédate acá, por favor— dijo Israel, llorando mares y sosteniendo el cuerpo de su amigo hasta que no hubo más respuesta

Cuando Ezra dejó de respirar, Israel se limitó a con mucho dolor, abrazar el cuerpo frío del menor, acariciar un poco su cabello y lamentarse en silencio, con sus amigas detrás

—Isra..?

—No pude.. no pude salvarlo

—No es tu culpa

—Si lo es!!— su voz estaba quebrada y solo abrazaba el cuerpo frío sin vida de Ezra, sabía que no había nada que hacer puesto que había muerto hace tiempo... Pero su esperanza fue más grande que la realidad

Se disculpaba en susurros mientras sostenía a Ezra, se supone había cumplido su último deseo, pero le dolía tanto que a pesar de eso no estarían juntos de nuevo

El cadáver comenzó a convertirse en un gatito, pequeño y también todo mojado, dejando atrás solo un collar cuando este desapareció, se esfumó en los brazos de Israel.