𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 39 - 𝙣𝙚𝙜𝙤𝙘𝙞𝙖𝙧

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En otro lugar, mucho más allá de nosotros, estaban los felinos reunidos y observando fríamente a aquellos desconocidos.

—Podemos negociar esto... ¿sí? — dijo el militar (si, Jard era el único que no sabía que hablaba español.)

—No vamos a negociar nada, ¿quién mierda son? — respondió Pelusa, sosteniendo a Jard de su sudadera con una mano y con la otra, manteniendo el arma lista para disparar.

—¿Podemos al menos tener de vuelta a Bobo? Ese, el chico de camiseta celeste. 

—No, no van a tener a nadie. Ni a Jard, ni a Bobo. Primero van a decirnos donde estamos y quienes son. — dijo, manteniendo su mirada fija.

—(Son algo complicados...) — suspiró pesado antes de volver a hablar. — bien, están en Evade, es una ciudad muy grande llena de lugares algo... Curiosos. Yo soy Trooper, soldado de la UEC, estos dos son rebeldes del ejército... Thiago llegó hace unos días.

Jard es un universitario, Bobo es menor de edad, te agradecería que alejaras ese cuchillo de él. Ustedes llevan niños, ¿acaso también los amenazan así? 

Después de saber eso, se miraron entre si unos segundos y asintieron, Estrella liberó al pobre Bobo, que solo tenía 16 años y estaba angustiado, además de que apenas quedó libre corrió a uno de sus compañeros y lo abrazó con fuerza.

—Bien, ahora... Si bajamos las armas y dejamos libre a Jard... ¿No nos dispararán? 

—Haremos un alto al fuego definitivo y empezaremos desde cero como si esto no hubiera pasado, con la condición de que Jard esté en una pieza. 

—(Excelente, primero me golpean y me arañan brutalmente hasta que cambio de idioma, me quitan mis cosas, prefieren a Bobo antes que a mí, y ahora el único detallito de requisito es que... siga con vida. 

A veces me pregunto si realmente se preocupan por mí.) — pensó el universitario.

—Entonces nosotros liberamos a Jard y prometemos paz, y ustedes bajarán sus armas y no tomarán represalias 

—Ya hablamos el mismo idioma. Aunque me gustaría que me devolvieran mi arma también — uno de los rebeldes sonrió levemente, y aunque los felinos aun no sabían si aceptar, empezaron a discutirlo y finalmente soltaron al rehén que tenían.

Después de eso, se acercaron ambos grupos y además de devolver las cosas que el grupo de gatos había robado, se estrecharon las manos y se saludaron más cordialmente.

El menor del grupo del soldado aún temía mucho, y solo fue capaz de saludar desde lejos a los niños que iban con Pelusa.

—Bobo, ya no hay peligro, estarás bien. — Jard le dio unas palmaditas en la espalda a su compañero, con tranquilidad, a pesar de que estaba siendo fuertemente abrazado y su torso dolía aún. 

 —No, tengo miedo.... — susurró en respuesta, y al escuchar algunos quejidos de dolor disimulados por parte del más alto, suavizó el abrazo. — perdón.

—No te preocupes, he pasado peores. — lo despeinó un poco y sonrió, hasta que vio a Lautaro acercarse. — No lo toques. 

—Eh- no, no, no quiero hacerles nada... Solo... quería disculparme por la primera mala impresión y todo eso. 

—Ah... Supongo que está bien, el tema ya se solucionó. Por cierto... ¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen? 

—Yo soy Lautaro! Soy... Creo que un equivalente a tus compañeros, los rebeldes, solo que ellos se ven más hostiles, amm... Venimos de- — antes de poder decir otra cosa, fue interrumpido, al voltear vio a Israel.

✮ 𝕹𝖆𝖗𝖗𝖆 𝕵𝖆𝖗𝖉 ✮

Lau realmente se vio nervioso cuando apareció ese otro chico, casi con miedo. Lo hubiera corroborado si hubiera visto su rostro, pero simplemente vi cómo lo tomaron de la muñeca y se lo llevaron.

Ese chico de cabello negro tenía una presencia muy extraña, la verdad, era algo agresivo... Digo, estoy acostumbrado a gente así, dos de mis amigos son bastante hostiles y pocas veces han reído, que es cuando se emborrachan, pero.... Era una agresividad diferente (? 

No sé cómo explicarlo, solo miré a Bobo y me encogí de hombros en silencio, después me fui a recostar un rato y tratar de descansar, demasiada gente me agobia.

—Jard— oí a Bobo llamarme y di un saltito por el susto, se disculpó y después se sentó conmigo. — ¿no le tienes miedo a esas personas? 

—Mmm... Supongo que no mucho, al menos el que se acercó a hablarnos era... Amigable. — me quité la gorra y me acomodé en el suelo, en una de aquellas estructuras altas de Drab (el lugar en el que estábamos), y miré hacia arriba.

—Eres muy valiente... Me gustaría ser así. — noté esa admiración en su voz, además de algo de tristeza, así que sonreí.

—Bobo, ser como yo sería estar tapado en deudas y con un dolor de costilla muy feo, yo debería decir eso de querer ser como tú. Simplemente eres feliz, y mira, tenemos 3 años de diferencia y yo siento que ya estoy hecho pedazos. —

—Pero tú eres valiente y eres muy rápido, pocas veces te he visto caer por los Nextbots... —

—Tengo que serlo—

Me quedé en silencio después, cerré los ojos y me quedé tendido en el piso, era algo incómodo, pero podía pasarlo.

Me puse la gorra en la cara y simplemente me quedé quieto, aunque sentí como Bobo jugaba con algunos de mis mechones de cabello o con los cordones de mi sudadera.

—Bobo, ¿que haces?—

—Estoy aburrido.—

—Entonces ve con Rebel o con Trooper...—

—Me dirán que vuelva contigo. No tienen mucha paciencia... Lo sabes
¡¡Y ellos están con esas personas raras que me amenazaron!! No iré ahí, nah-ah. —

—Bueno, pero te advierto que tengo sueño y me dormiré aquí.—

—¿Quieres que te traiga una almohada?—

—Suena bastante bien... Por favor—

Narra Narrador. ✮

Jard al quitarse la gorra del rostro para poder ver a su alrededor, vio el cordón de su sudadera amarrado en una especie de listón y sonrió unos segundos.

—(Debe ser aburrido para él estar todo el día rodeado de gente que ni si quiera intenta tenerle paciencia...
Quizá esas nuevas personas puedan jugar con él y que siga sonriendo y siendo como es...
un Bobo muy feliz.)

𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚊𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚐𝚎𝚍𝚒𝚊𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora