El periodista de investigación Bertram Kastner despierta en un edificio abandonado. Enseguida descubre que su vida ha cambiado de forma radical, siendo un gran peligro para su familia. Por ello, decide abandonar su ciudad en busca de respuestas sobr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El mero hecho de que Jünaj estuviera interesándose por sus visiones sin habérselas mencionado previamente, hizo que saltasen todas sus alarmas. Tras levantarse como un resorte, Bertram se encaró hacia su anfitrión, esperando una reacción hostil de éste en cualquier momento.
—De nada te servirán estas vendas si haces movimientos tan bruscos como ese —le reprochó Jünaj mientras se agachaba para levantar el taburete que había volcado.
Éste no mostraba atisbo alguno de alterarse y ni mucho menos de atacarle. En cambio, Bertram se encontraba cada vez más tenso, a la vez que desconcertado ante la impasividad de Jünaj. No podía reprimir sus ansias por averiguar qué era lo que ya sabía de él y cómo había podido obtener esa información.
—¿Qué te hace pensar en que tuve una visión al beber tu sangre? —le interrogó a sabiendas de que no tendría muchas opciones de sobrevivir a un enfrentamiento directo contra él.
—Me encantaría que respondieras antes a mi pregunta —le contestó el otro mirándole con firmeza, pero manteniendo su actitud serena.
—Ya sé lo que has hecho, me has leído la mente. ¿Cuándo te he dado permiso para que te metieras en mi cabeza?
—En ningún momento. Y por esa razón, no he hecho tal cosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su fuerza de voluntad ya se encontraba totalmente doblegada cuando quiso percatarse de que Jünaj le había agarrado del brazo. La mezcla de temor, admiración, misterio y fascinación que le provocaba el otro vampiro mantenía a Bertram obnubilado. Cuidadosamente, su anfitrión lo condujo de nuevo hasta el taburete, reanudando sus labores como enfermero en cuanto lo dejó ahí sentado.
—Podría haber acabado conmigo en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, aquí está cuidándome —se dijo a sí mismo Bertram, siendo consciente de que estaba a su merced.— ¿A qué está jugando conmigo?
—Sé que tuviste una visión cuando compartí mi sangre contigo porque se trata de un poder propio de nuestro árbol genealógico. Si es cierto eso de que nuestro vampiro progenitor es el mismo, tú también deberías haber heredado esa habilidad sobrenatural.