Un ligero temblor sacudía mi cuerpo, uno que pareció tomarlo para no dejarlo y en cambio, aumentaba. Incluso las inhalaciones, quebraban mis labios que terminaban desglosando extraños murmullos, o quizá no eran murmullos, quizás eran solo gritos llenos de petición. Necesitaba una manta, el frío ya partía rumbo a mis huesos, ya no me era suficiente abrazarme, ni mucho menos figurar una posición fetal.
Otra inhalación quejumbrosa se paseó por mis labios, y sin siquiera abrir mis ojos, la palma de mi mano se abrió, plantándose al lado de mi cabeza, con el fin de tomar la manta... Pero no estaba, solo terminé de empuñar algo frío, y arenoso, incluso diría que fangoso. Mi cuerpo se sacudió al sentir algo caminar por mis piernas... ¿Descubiertas?
Por qué estaba descubierta, con frío, mucho frío. Por qué sentía cierto rocío caer sobre mi rostro. Algo caminaba por mis piernas, lo sentía, pero al moverlas, ya no le sentía. Y ese algo frío, húmedo y fangoso, persistía ahora por todo mi cuerpo, por todo mi costado izquierdo sobre el cual dejé caer el peso de mi cuerpo.
—¿Jennie?
Alguien llamó, pero era como un eco lejano, muy lejano.
—¿Mamá? Te-tengo frío, mamá. Por favor, arrópame.
—¡Jennie! ¡Dios!
Algo suave y tibio cubrió mi mejilla, misma suavidad que se paseó por mi brazo. Luego cierta sacudida sobre mi hombro me hizo volver mi cuerpo boca arriba, alzando mis manos con el fin de abrazar a mamá, pero lo que no esperaba era que, al despejar mis ojos, me encontrara con lo templado de un cielo gris.
—¿Qué haces acá? —Rodé mis ojos hacía un lado, notando la angustia en los rasgos de Sandara. No era mamá—. Te estás congelando, niña.
—¿Ah...?
Me erguí en mi postura mal trecha, notando los puntazos en mi espalda. Pero en definitiva, lo que robó mi aliento en un suspiro, fue encontrarme sobre el suelo fangoso, con apenas mi pijama de seda, con mi cabello enmarañado, y mis piernas descubiertas, siendo mis pies oscuros ante la suciedad que les cubría. Estaba en la parte trasera de la residencia, en el otro campo de rosas blancas.
Había ocurrido de nuevo, en otro pueblo diferente.
—He salido para tomar una jarra de agua en el lavadero, cuando noté tu figura por tu pijama blanca ahora... —me dio un vistazo a cuerpo completo, cosa que hice también, notando mi pijama sucia—. ¿Por qué? ¿Estuviste tomando o algo por el estilo?
Contrariada, no relajé mis rasgos ante su comentario y sonrisa. Al pasar mis manos por mi brazo, me quejé. Ambas miramos allí, notando varias líneas rojizas sobre mi piel. Reparándome más a fondo, ambos brazos ahora estaban estilizados, como un cuadro abstracto.
—Ni siquiera el dolor me logró despertar.
—¿Despertar? —Sandara alzó una ceja, a la espera de una explicación de mi extraña aparición en el campo de rosas, mismas que lucían dañadas, de seguro por mi imprudente aparición en horas de la madrugada.
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I SEE YOU →JENLISA
FanficHuir. No había otra palabra que definiera mis acciones y mi vida en sí. Huía y no sabía de quién, pues a donde quiera que llegase la muerte se plantaba a mi lado, fijando su atención en quien yo mirase, con el fin de tenderme en sueños la oportunid...