Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₇

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Morado y rosado

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Morado y rosado. Eso fueron los colores que ocuparon los siguientes tulipanes dados por Lisa.

A pesar de que llevábamos dos semanas en este ir y venir de citas, quiso prolongar la adivinanza de mi color favorito en los tulipanes. En su lugar, prefirió darme otros detalles; cartas, notas sorpresas, salidas por aquí y por allá, cosa que me mostró que el pueblo realmente es amplio. No era más habitado que en sus pequeñas calles, pero contaba con un paisaje extenso. Frío y extenso.

Pero supongo que lo cálido, estaba en mi compañía con ella.

Me estaba dejando llevar por las maravillas del cortejo, del inicio de algo. Algo que quizás algunas veces, me preguntaba cómo etiquetarlo, siendo una pérdida de tiempo. No debería pensar en cómo etiquetarlo, cuando esto morirá de a poco; cuando se consuma lo que queremos una de la otra, y cuando... mi distancia determinada se consuma al abandonar este pueblo.

Jennie. Jennie. Me repetía cada noche, que no podía entregarme más allá de la atracción. Y mucho menos cuando era algo tácito entre ambas, entre nuestras confesiones. Un amor de verano pintado en invierno, era lo más cercano a nuestro pequeño juego.

Un juego con un límite ante el deseo que muchas veces iba a más de par de besos. Un juego donde la seriedad no era de sonrisas inocentes. Un juego donde algún mal pase, nos pondría a ambas en el nuevo norte.

Éramos eso, una estadía compartida con tiempo determinado. Una encuentro casual en medio de nuestros objetivos.

Y le disfrutaría. Le disfruto cada vez que tengo la oportunidad de verle, olvidando de momento todo y a la vez pensando en todo. Lisa me contagiaba su entusiasmo por la vida, por sus planes que me plantaba en una situación un tanto penosa, quizás. Pues mis únicos planes en el último año, eran ir de pueblo en pueblo, recolectar anécdotas para nada agradables.

Y por un momento, quería que todo fuera distinto. Quería ser una chica de veintidós años, con un poco de estabilidad. Una chica con preocupaciones más banales y no tan trágicas. Con sueños tontos y no con pesadillas premonitorias. Una chica con un amor genuino sin el miedo de por medio en ir a más, sin pensar que pronto podría dañar a quien ame.

Eran pensamientos que ya tomaban más cabida en mi vida, y Lisa era la raíz de ellos. No me quejaba, era una chica tan apasionada que era un pecado salir ilesa de tal pasión. Pasión que ejercía no solo con palabras, sino con lo pecaminoso de sus labios puestos sobre los míos. Tal como era el caso en esta mañana.

De manera repentina, de un momento a otro donde la conversación calló, su cuerpo había atrapado el mío recostándolo de los estantes de libros de una forma un tanto brusca, pero pasional, arrebatándome suspiros cuando aplastó mi cuerpo con el suyo, llevando mi mente al olvido al tomar mis labios.

No había tenido amante alguna, ni acercamiento con alguien como el que he propiciado con Lisa, no desde Irene. Mis labios y mi cuerpo, en conjunto a mis pensamientos, no habían sido tentados de tal modo por alguien. Lo sugestivo no era parte de mí, ni de alguien a quien mis ojos ahora quisieran apresar. Y que todo eso fuera violentado con tanta facilidad por alguien más, me atemorizaba.

I SEE YOU →JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora