2. Primer dia

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–––CHECO¹¹–––

Había pasado una semana desde que tuve aquel accidente. Me sentía mejor a decir verdad, pero todavía me quedaba una semana más de reposo, tenía el yeso aun, y esa semana ya entraba a los estudios, así que debía prepararme y mentalizarme para ir.

Mi mamá me dijo que debería faltar está primer semana, y mi papá me dijo lo mismo, pero es que yo quería ir, necesitaba hacer amigos, a parte de Carlos el del Kart, y necesitaba conocer. Tomaba esto como un reto, una prueba, así que de todos modos iría a la escuela, en muletas está semana, pero iría.

Hoy era domingo, y ya tenía todas mis cosas listas para iniciar el ciclo, así que ya no tenía preocupación y me recosté en mi cama.
Pero había algo que no me dejaba tan tranquilo, es que no me lo sacaba de la cabeza, y ese algo eran los ojos azules que vi.
Es que ya se que lo he mencionado un millón de veces, pero hay algo en ellos que...

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–––MAX¹–––

No dejaba de pensar en aquel chico, y yo quería sacarlo de mi mente, pero también quería saber si volvería a verlo, y si volvería a los Karts.

Esperaba que por cosas de la vida y el destino, el y yo estuviéramos juntos en algo, a parte de los Karts...
Espera... ¿El Tecno?, es verdad, podría ser ahí.
Las probabilidades son bajas, pero nunca son cero, ¿O no?

Hoy era domingo, y estaba listo para iniciar las clases, tal vez la principal motivación que tenía en ese momento era encontrarmelo.

Baje las escaleras hasta llegar a la sala.
Solo, como siempre.
Me senté en el sofá y prendí la TV, no tenía realmente nada que hacer, ya lo había hecho todo por hoy; limpiar la casa, lavar el coche, tener todo organizado, así que solo quedaba relajarme un rato.

Sin darme cuenta me quedé dormido.
Estaba bien, pero fue en eso en donde la puerta se abrió de portazo.
Por ella, entraron mis padres, y se veían molestos.

-Al menos Max hizo algo hoy- dijo mi mamá cansada, se le oía la voz.

-Si, no cómo tú, y el también, es un bueno para nada.- soltó derrepente.

Y yo, no dije nada. Solo sabía que todo era mentira.

-Yo no soy una buena para nada, ese eres tú, que ni criar un hijo sabes.- y seguía la pelea.

-Si no te hubieras embarazado esto no hubiera pasado, piensa un poco por favor.- mi corazoncito sé quebró un poco.

-Tu que nunca tienes cuidado, ya mejor lárgate.- sentí una indirecta.

Me levanté en silencio y subí las escaleras, me dirigí al cuarto y cerré la puerta.

Me acostumbré al hecho de verlos pelear y discutir todos los días, de herirme con sus palabras aún sin yo haber hecho nada, de incluso golpearme, pero al menos a veces me ignoraban, de esa forma no me lastimaban tanto.

Estaba harto, siempre daba lo mejor, les daba las mejores notas, era el primero en todo, les hacía todo en la casa, incluso me desaparecía de su vista para no molestarlos, pero para ellos nada era suficiente.

Me recosté en la cama mirando hacia el techo, con la mirada perdida.
Quería llorar, realmente lo queria, mi mente ya no podía, pero simplemente mi cuerpo no cedía, era extraño por qué a veces no puedo llorar, siendo que siento tanto dolor.

Tengo pocas distracciones, una de ellas, el Karting, ahí soy feliz. Con la velocidad voy dejando atrás todos mis problemas, por eso es que me he interesado tanto, incluso me encantaría algún día llegar a algún buen lugar dentro del motorsport.

Chestappen INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora