23. Cena

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–––MAX¹–––

Sali de bañarme y me envolví en mi toalla.
Me dirigí hacia mi clóset y comenzé a pensar en que ponerme para la ocasión.

-¿Muy formal?- me hablaba a mi mismo...

Saque un traje completo.

-No, demasiado mamón- volví a contestarme solo.

Saque otro conjunto de ropa que igual lucía muy elegante...

-Si... Este es...- sonreí. -No, voy a parecer un Mirrey.

Me puse a pensar y a pensar, y entre tanto buscar en mi clóset, me decidí por usar unos pantalones negros, una playera blanca lisa, un suéter tipo chamarra de cierre muy chido color beige, todos perfectamente planchado.

Me fui al baño y me lave los dientes, me arregle un poco, y me veía bien para mí. Me puse un poco de perfume, no tanto como para que oliera demasiado, sino, sutilmente.
Me peine, quería lucir presentable para la cena, pues iba a presentarme con mi suegra y quería dar una buena impresión.


Una vez todo listo, baje las escaleras. Me aseguré de que no estuvieran mis padres cerca como para verme salir arreglado, comenzarían a hacer preguntas y a no dejarme salir.

Tome las llaves de mi auto.
Sonreí al ver qué no estaban mis padres abajo, y me dispuse a abrir la puerta para salir.

-¿A dónde vas?- esa voz me hizo voltear, palidecí.

-Mamá...- la mire, traía un cigarro en la mano.

-Te he hecho una pregunta, Max Emilian.- sonó más sería.

-Ire a... La casa de un amigo, hizo una cena y me invitó.- dije un poco más nervioso.

-Te ves bien hijo.- no pude evitar sonreír, pocas veces hacia un comentario así ella.

-Gracias mamá.

-No regreses muy tarde, ¿Donde vive tu amigo?- el humo comenzaba a invadir el lugar.

-Vive cerca, no regresaré tarde. Mamá...

-¿Si?

-No le digas nada de esto a Papá.- ciertamente tenía miedo.

-No, se cómo es el, pero no te preocupes, no está en la casa.

-Gracias mamá, bueno, ya me voy...

Después de despedirme, salí de la casa y me subí a mi auto, no era el más lujoso pero al menos era mío, un Honda Accord 2010 blanco.

Obviamente no podía llegar con las manos vacías, así que fui a comprar dos refrescos y Checo me había dicho que a su madre le gustaba mucho el Brandy Torres 10, en una de nuestras tantas pláticas sobre todo.

Después me dirigí a la casa de mi novio.
Estacione el Accord, baje con la bolsa de la tienda y toque la puerta, nervioso, mis manos comenzaban a sudar.

La puerta se abrió, dejando ver a mi hermoso chiquito.

-¡Maxie!- sonrió alegre de verme.

-¡Chequito!- le sonreí de vuelta.

Me dio un abrazo rápido y, en él, un discreto beso de piquito.

El traía un pantalón de mezclilla, un suéter negro, muy padre y su cabello un poco despeinado. Se veía demasiado guapo.

Chestappen INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora