4. Crayones

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–––CHECO¹–––

Nos encontrábamos sentados en una palapa, era receso.
Estaba feliz, por qué hoy iría al seguro a qué me quitarán por fin el yeso, pues este me estorbaba demasiado, y ya me sentía bien.

-¡Deja que te firmemos el yeso!- exclamó Charles con un Sharpie todo feo y sin tapa, que seguramente ya ni pintaba bien.

-No mames Charles, esa madre está toda fea, mejor con esto...- dijo Lando y saco un estuche de su mochila con un montón de plumones de colores.

-A la fregada...- susurro Oscar.- ¡ERES EL MORRO DE LOS PLUMONES!- y en ese momento todos nos pusimos a reír de Lando.

-Si, si, si, ya como sea.- también Lando se reía.- ¡Vamos a firmarle el yeso!

Los tres tomaban los plumones haciéndome dibujitos y esas cosas en el yeso, mientras que todos bromeabamos.
También me decoraron con crayones, se venía bonito.

He de decir que se veía chido como les quedaba.

Cuando terminaron, justo sonó el timbre y era hora de regresar a clases.

...

-Nos quedó bien perro.- susurraba Oscar.

-Simon, jajaja se ve épico.- Charles.

-Siii, está bien...- no pudo terminar de decir Lando cuando la maestra le llamo la atención.

-¿Qué es tan interesante qué no prestan atención a clase?- pregunto haciendo llamar la atención de todo el salón.

-Este, no nada.- respondió Lando intentando restarle importancia.

-Pues están interrumpiendo mi clase, ¿Me hacen el favor de acompañarme a dirección?- la mirada de odio de Charles en ese momento no tiene comparación.

-Pero es que...- intente decir algo para evitar que nos llevarán.

-A usted no le estoy hablando, solamente a Leclerc y a Norris.- por un momento sentí alivio, pero eso se esfumó, pues Lando y Charles estaban en peligro.

Se levantaron del lugar y se fueron con la maestra fuera del salón.

Oscar y yo nos quedamos ahí.

Por parte del salón, todos ignoraron el hecho y siguieron en lo suyo, platicando y de pronto se oía mucho relajo, pues no había dejado trabajo.

-Chingao.- Exclamé yo.

-Valiendo madre, bueno, relajados.- dijo Oscar.

-¿Pero y si los expulsan?- pregunté yo preocupado.

-Naaah, relájate, ya nos pasó antes. Les mete reporte y ya, en prefectura no es que hagan mucho, son bien flojos.- me respondió.

-Ay, bueno, menos mal eh.- y ahí si suspiré aliviado.

...

En el último módulo del día, íbamos camino a la siguiente clase, pero entonces vi a Max algo cerca, e inconscientemente sonrei.

-Weeeeey, ¿Vamos a la tienda?- me preguntó Oscar.- No no no, mejor te quedas aquí solo, a ver si viene el Max a hacerte compañía.- dijo riéndose.

-Jajaja, buen plan, buen plan.- dije yo también riéndome y entonces el se fue a la tienda.

Me senté en la banca, y dicho y hecho llegó Max y se sentó a mi lado.

-Hola Checo.- me dijo y se acomodo el cabello.

-Holaa Max.

-Ohh, te firmaron el yeso, se ve chido.- dijo sonriendo.

-Siii, es que hoy me lo quitan.- le sonreí.

-Espera...- dijo y reviso en su mochila, luego saco un Sharpie azul, este si se veía cuidado, no como el de Charles.- ¿Puedo yo también?- me preguntó y me hizo unos ojitos todos lindos.

-¡Siii!, claro que puedes.- sonreí sonrojado.

Me hizo señal de que subiera mi pierna sobre su muslo, así que le hice caso, bien obediente yo.

El entonces comenzó a escribir un poquito y hacer algún que otro dibujito. También hizo un león con un crayón, y amarillo.

Su carita de concentración era muy linda.

-¡Listooo!, ¿Que te parece?- me preguntó mirándome a los ojos.

Observé lo que me había dibujado, sonreí como menso.

-Ay, ¡Que lindo!- exclamé feliz.

En ese momento llegó Oscar.

-Viva el amooooor- dijo dramático.- perdón por interrumpir pero es que vamos a llegar tarde y...- en ese momento lo interrumpieron...

-¡SEGUIMOS VIVOS PERROS!- Lando y Charles llegaron felices.

Pasaron como que un montón de cosas en ese momento. Lo llamaría algo random.

Mire a Max el cuál estaba con un rostro de alguien confundido, pero al momento, todos soltamos una risa, incluido el.

-Bueno, pues yo me tengo que ir.- Max dijo y luego me miró.- Te cuidas, mañana te veo.- y ambos nos dedicamos una sonrisa algo tonta.

-¡VIVA EL AMOOOR!- gritó Lando, al momento en que Max se iba caminando, haciendo que volteara y se riera con nosotros, y también se hecharon unas carcajadas los amigos de Max, pues estaban a lado.

...

Eran ya las 8 de la noche.
Mi yeso ya no estaba, así que ya me sentía libre. El doctor me dijo que ya podía retomar todo como antes, así que ahora pensaba demasiado en volver al Karting.

Terminé todas mis tareas y después de haber cenado, me fui a mi habitación a dormir.

Eran altas horas de la noche, 12:00 PM y yo tenía que despertar a las 5:00AM para estar en la Uni a las 6:00, agregando que tenía que irme caminando ahora.
Pero me era imposible conciliar el sueño, algo tenía, y ese algo tenía nombre y apellido, Max Verstappen.

Daba vueltas en mi cama pero nada de sueño, así que me puse a pensar en muchas cosas, y una de ellas era que no tenía contacto con el, solamente dentro de la escuela, pero, ¿Ni su número?, ¿Ni su instagram?

Algo debía hacer...

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Chestappen INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora