20. Dominante

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–––MAX¹–––

Pasaron dos semanas después.

La verdad que llevamos mucho avance en nuestra relación.
Antes nos teníamos mucha confianza, y ahora es mucha más. Se que faltan muchos pasos aún por dar, pero vamos demasiado bien y ya llevamos varios de ellos.

Había algunas cosas que ya le había demostrado a Checo, como mis celos, y que el conocía desde antes. Me gustaba que el también fuera celoso, solo que no solía demostrarlo tanto, pero lo era, y demasiado. A diferencia de el, yo no puedo ocultar los celos.
Aunque me gustaba llamarlo ser posesivo.

Hoy era jueves, estaba en el Tecno.

Nos dirigimos a buscarlos mis compás y yo a ellos, pues somos de distintos grupos, y ya era receso. Acostumbramos a juntarnos a veces, por qué otras veces yo tenía que ir a entrenar con el equipo de basket.

Estábamos cerca de ellos, cuando lo mire sonreí como tonto, pero esa sonrisa mia se esfumó al ver qué hablaba con un chico, por supuesto que no me molestaba si hablaba normalmente, pero el wey lo estaba viendo demasiado raro a mi Checo, y Checo le sonreía, la gota que derramó el vaso fue que le despeinó el cabello, y Checo se rió con el.

-Vayan ustedes, yo voy a la tienda.- dije serio.

George, Lance y Pato hicieron caso.

Me di la vuelta, enojado y con coraje, apreté el puño. Creo que a veces soy demasiado dramático, lo reconozco.

Tal vez era demasiado inseguro, tal vez no, pero, ¿Y que si lo era?
No dudo de Checo, pero a veces dudo de mi, no lo culparía si me quisiera cambiar, hasta yo me cambiaría a mi mismo, pero si me pondría triste.

Otra cosa y punto malo en mi contra que tengo yo como persona, es que soy muy obstinado y me enojo seguido. Checo ya lo sabía.

Me senté en una banca detrás de la cafetería y me quedé viendo un punto en blanco. Quizá ahora yo era demasiado dramático, pero en el momento no lo pensaba mucho.

Una voz me saco de todos mis pensamientos malos, rápido sentí unos brazos alrededor mío.

-¡Maxie!- sonrió y me abrazo.

-Checo...- dije de forma un poco fría.

-¿Que haces aquí?, solito. Se me hizo bastante raro que llegarán los vatos sin ti, ¿Todo bien?- pregunto y tomo mi mano.

-Si todo bien.- conteste secamente.

-No, ¿Estás enojado?- pregunto nuevamente, está vez nos miramos a los ojos.

Aquella hermosa mirada siempre me hacia sentirme mejor, no podía ser así con el, el no merece mi mal humor.

-No te puedo mentir, odio hacerlo.- susurré.

-¿Que sucede entonces?- profundizó la mirada en mi.

-Te lo diré como va, sin rodeos y al grano. Te vi con ese vato ahí a lado, y no me enoje lo suficiente, pero entonces lo veía demasiado cerca tuyo, y te miraba mucho, y entonces te toco el cabello, y ambos se rieron juntos...- dije con algo de odio.

Chestappen INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora