Hace tiempo que no pensaba en eso. En sus recuerdos. En el día en el que llegó allí. En cómo había llegado allí.
Observaba a Ixan y a Ziana. A Ziana y a Ixan. Después de que Kal muriera, cuando su carne se acabó, siguió el hombre. El de pocas palabras y de cabello marrón. Bern. Cuando se necesitó tomar un papel de nuevo, salió el nombre de Cynnia. La mujer que quedaba además de Leyah y Ziana.
- Esto es una tontería -refunfuñó Leyah.
- ¿Tendré que arrebatarte la olla de nuevo?
- Somos tres. ¡De 50! Murieron. Y ahora, uno de nosotros morirá.
- ¿Crees que no lo sé?
- ¿Discutirán en sus últimos momentos? -preguntó Ixan.
- ¿Por qué actúas así! -exclamó Leyah hastiada.
- ¿De qué manera quieres que actúe? -respondió Ziana-. Moriremos. No tenemos otra opción.
- ¿Qué sucederá cuando quede uno?
- Sólo esa persona lo sabrá.
- ¿No quieres sobrevivir? -Ziana la observó sin expresión- ¿No quieres disculparte con tu madre? -sus ojos se entristecieron y miró sus manos.
Se extendió un silencio. Leyah tomó un sorbo de su vaso con agua y pasó las manos por su rostro. Ixan suspiró y escondió el rostro bajo su brazo. Estaba acostado en el suelo.
Leyah despertó por el dolor en su estómago. Ixan y Ziana ya habían despertado, no hacía mucho. Se habían quedado dormidos. No habían sido capaces de agitar la olla y ahora sus estómagos rugían.
- Lamento decirles que hemos estado posponiendo esto, por mucho tiempo.
Tiempo. Tiempo.
- Las cuestiones del tiempo son una mierda.
Ziana se había limitado a observarlos. Sonrió ante las palabras de Leyah. Sabía que Ixan tenía razón. Habían estado posponiendo el quién sería el siguiente en morir. Ella tampoco fue capaz de tomar un papel. Así que a Ixan no le quedó más remedio que tomar la olla. Respiró profundamente. Parecía que quería respirar todo el oxígeno de la sala. Pasó una mano por su melena negra y cerró los ojos.
- ¿Te estás acobardando? -cuestonó Ziana.
Pero Ixan ya había tomado el papel.
Lo observó por un largo rato. Luego observó a Ziana y a Leyah.
- Suéltalo de una vez -pronunció Ziana.
Ixan giró el papel. Mostrándolo a las dos chicas. Leyah suspiró de alivio al no ser ella, pero aún así se sintió apesumbrada. Ziana sacudió su cabello azul y por un momento, se sumió en un trance.
- Inténtalo de nuevo.
- ¿Qué? No puedo hacer eso Ziana.
- Ixan, te lo suplico. No quiero morir.
- Ninguno de nosotros quiere morir.
Pero Ziana no lo aceptó. Se abalanzó sobre Ixan y le arrebató la olla. Leyah se quedó estupefacta mirándolos a ambos. Cuando Ziana logró tener la olla o más bien, cuando Ixan se la cedió, la agitó y tomó un papel.
- Ziana. Esto no es válido -mencionó Leyah.
- ¿Q-qué? -Ziana se puso pálida y volvió a agitar la olla. Pero era inútil, siempre aparecía su nombre.
Volteó la olla y dejó caer los tres papeles al suelo. Los tomó y leyó cada uno.
-¡Qué es esto! -exclamó con dedos temblorosos.
Ixan y Leyah se acercaron y leyeron los papeles.
Ziana. Ziana. Ziana.
ESTÁS LEYENDO
Caníbales por elección
Mystery / Thriller¿Qué harías si despiertas en una habitación con 49 personas? Leyah no recuerda el como llegó a ese lugar. Era frío y sus paredes metálicas la hacían sentirse dentro de una jaula. La carencia de alimento hacía que el hambre se transformara en un ab...