REACCIONES
Me quede tirada junto a su cama. No quería alejarme de él bajo ningún motivo.
Solo estuve ahí, viéndolo, él no se movía.
Debió haber sido un potente sedante, ya que inmediatamente cayó dormido. Bankotsu debió haber sabido cómo reaccionaría. ¿Por qué no me lo había dicho? ¿Por qué había dejado que experimentara todo de una sola vez?
Suspire frustrada, por más que me lo preguntase jamás podría saber en qué pensaba ese hombre, tan frío, tan distante.
El día terminó y Inuyasha seguía inconsciente, estaba un poco preocupado por él. Quería que se despertara para poder saber cómo se encontraba. Aunque era absurdo pensar que estaría de alguna manera bien.
Pase toda la noche junto a su cama en caso de que el despertase, temí que si despertara y se viese solo en la oscuridad pudiese ponerse igual que antes, pudiese tener miedo. Durante el tiempo que pasé despierta, pensé en todo lo que había dicho. Prácticamente había presenciado cómo habían... abusado de su madre y como la habían matado, estuvo junto a su cuerpo sin vida. No podía imaginar la angustia que había sentido, era solo un niño. No pude evitar el nudo que se formó en mi garganta al imaginarme a ese niñito llorando desesperado sobre el cuerpo de su madre, llamándola, rogándole para que abriese sus ojos. Eso era algo que ningún niño debía vivir, algo que nadie debía soportar.
-No tengas miedo- musite mientras acariciaba su rostro- Aquí estaré, yo prometo cuidarte. -sabía que él no se enteraría de esa promesa, era más algo para mí.
Acariciando su rostro me quede dormido.
El sonido de mi celular me despertó. Me encontraba sentada en el suelo, mi cabeza descansaba en la cama. Cuando me incorpore sentí un fuerte dolor en el cuello. Con mucha dificultad me levanté de ahí y busqué el celular en la mesa.
-Hola- conteste con voz estrangulada.
-¿Kag? Hola, ¿Qué pasó porque no has salido? - Era Lin. Había olvidado que debía estar afuera.
-Lin, perdóname. No he podido salir. ¿Crees que puedes entrar al edificio?
-No.... no, no creo. ¿Qué sucede? - No quería explicarle lo que había pasado a Lin, al menos no por teléfono.
-Inuyasha está un poco mal- Un poco era eufemismo- No me gustaría dejarlo solo durante mucho tiempo. De veras lamento molestarte.
-Kag, yo no sé....-su voz sonaba temblorosa, no sabía por qué.
-Perdóname Lin, te estoy molestando de más. En un momento salgo- sabía que la estaba incomodando aún más con mi petición, ya mucho hacía con venir todos los días hasta acá.
-No, está bien. Entrare, te veo en un momento- aún su voz sonaba desigual.
Pase a la habitación que ocupaba, y busque el pequeño espejo que estaba colgado en la pared. Vi mi rostro, estaba ojerosa, mis ojos estaban inflamados y mi cabello estaba hecho un desastre. Intente acomodarme un poco para poder salir sin asustar a nadie con mi apariencia.
Temí un poco en salir, no quería que estuviese solo pero me convencí de que solo sería un momento.
Me apresure a salir al pasillo, solo una vez que estuve afuera note que aún llevaba el uniforme del día anterior. No le di importancia y seguí caminando hasta llegar a la sala principal del hospital.
A la primera persona que divise ahí fue a Kosho.
-Hola Kosho buenos días. ¿Disculpa no ha entrado una chica preguntando por mí?- pude notar la mirada de sorpresa que me dio al verme, quizás no había podido arreglarme muy bien que digamos.
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PORCELANA
RomanceCuando ella entro en aquel psiquiátrico jamás creyó enamorarse de un interno, asi el la cuida como su muñeca de porcelana ¿Será mas fuerte el amor, la dulzura y la paciencia que los traumas y problemas?-adaptación-