ENAMORADO DE SU PACIENTE
En el transcurso de las semanas la situación de Inuyasha no mejoraba. Era todo lo contrario, estaba triste, absorto en sus pensamientos. Tenía que rogarle para que probase bocado, casi lo empujaba de la cama para que saliera de ella. El único momento en el que parecía reaccionar era cuando debía irme, pero era solo un instante ya que en cuanto le prometía que volvería al día siguiente él se calmaba y volvía a su letargo.
Cada vez era más desesperante todo. Era como si en vez de avanzar la condición de Inuyasha empeorase y todo frente a las narices de su 'capaz' doctor.
Las confrontaciones con Bankotsu habían cesado, para alivio mío. Aunque parecía que algo le estaba molestando y ese algo era completamente ajeno a Inuyasha o a mí.
Bankotsu decía que todo estaba bien, que era comprensible el hecho que reaccionara de esa manera ante algo tan traumante. Que pronto lo superaría. Claramente, sus palabras no me dejaban tranquila. Y a eso le sumaba la completa desaparición de Lin.
Desde ese extraño día ella no había vuelto a llegar, me llamó alegando que estaba enferma y que no podía salir. Ya eran tres semanas de ese incidente y Lin no había puesto un pie en los alrededores del hospital. Las pocas veces que la había podido ver en el edificio, ella me saludaba escuetamente preguntaba por mí y por Inuyasha y rápidamente desaparecía alegando un sinfín de cosas. Ella me preocupaba.
-Aquí tienes, Kag- La voz de Kouga me sacó de mis pensamientos.
-Gracias- sonreí con cansancio mientras me entregaba un vaso con café, los últimos días mis horas de sueño se habían disminuido gracias a las repetitivas pesadillas de Inuyasha.
-¿Y cómo sigue el chico?- preguntó con cautela, Kouga sabía sobre mis sentimientos hacia Inuyasha, no comprendía del todo pero hacia el intento de apoyarme.
-Mal- me limité a contestarle. Pude ver en sus ojos un poco de pena por mi situación.
-Y tu tampoco te ves muy bien que digamos- musito.
-Me imagino- quise bromear pero la verdad ya no tenía ni fuerzas para eso. Todo era tan caótico ahora que no sabía si podría aguantarlo.
-Kag, porque no renuncias, esto no te está haciendo bien.-
-¿Cómo me dices eso? Sabes que no puedo renunciar- le espete molesta.
-Estás dañándote a ti misma. Sé que si el estuviese en sus cinco sentidos no te permitiera que te matases de esa manera-
-Vamos Kouga, no es nada- intente quitarle importancia a sus palabras.
-Como tú digas- musito serio. Se molestaba cuando no tomaba en cuenta su opinión pero estaba seguro que no me presionaría con su punto de vista.
-Gracias- le dije, a pesar de todo sabía que se preocupaba por mí.
-Eres un niña muy testaruda- volvió a regañarme pero siempre con su característica sonrisa, era afortunada por ser su amiga. Al cabo de un rato él se fue dejándome en el desolado comedor. Eran cerca de las cinco de la mañana, esa era la hora en que estaba seguro de que Inuyasha estaba profundamente dormido, era el único momento durante la noche en la que estaba seguro que no debía preocuparme por él. Pero lastimosamente yo no podía dormir. Había empezado con una especie de insomnio, llevaba alrededor de una semana así.
Apoye mi cabeza contra la mesa y cerré mis ojos dejándolos descansar por un momento.
-¿Por qué estás aquí?- la muy conocida voz de Bankotsu me hizo abrir los ojos.
-Tomo café- le contesté levantando el vaso y agitándolo para que pudiera verlo, aún sin levantar la cabeza de la mesa.- ¿Qué hace todavía aquí? ¿O es que llego temprano?
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PORCELANA
RomanceCuando ella entro en aquel psiquiátrico jamás creyó enamorarse de un interno, asi el la cuida como su muñeca de porcelana ¿Será mas fuerte el amor, la dulzura y la paciencia que los traumas y problemas?-adaptación-