CAPITULO 33 EL GOLPE DE UNA DUDA

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EL GOLPE DE UNA DUDA (POV INUYASHA)

Bankotsu tuvo razón con la terapia de grupo. Me ayudo bastante, porque me di cuenta que no solo yo no me adaptaba de nuevo a casa. Habían más personas que habían olvidado cómo llevar una vida normal, como tratar a sus familias, inclusive como confiar en ellas. Al menos en ese punto no me sentía tan mal, y eso tenía un plus extra. Veía a Kag todos los días que iba. Quizás no era mucho, pero me conformaba con el hecho de verla aunque fuese un momento de mi día.

La señorita Cho era parte del grupo al que había sido asignado y era un alivio para mi tener una cara familiar dentro de un mar de desconocidos. A pesar que nadie hablaba de los motivos por los que había sido internado, era muy doloroso hacerlo, de alguna manera se unían cabos de la historia personal de cada uno. No todas eran historias trágicas como la mía, la pérdida de un familiar, o hechos traumáticos que culminaron en un desorden psiquiátrico grave, sino que había otras razones igual de poderosas para haber hecho perder la razón a las personas.

En la mayoría de los asistentes podía ver la desconfianza en sus facciones, todos alertas, angustiados. Quizás había unos pocos que no se mostraban en ese paradigma. Cho era uno de los pocos, ella se mostraba completamente feliz, confiada de cualquier persona que se le acercaba. Eso me hacía pensar que ella nunca tuvo una razón para estar internada. Quizás fue una medida de seguridad de parte de sus padres después que... Después de que hizo lo que hizo.

Al otro extremo de donde estaba Cho se encontraban dos chicos, aparentemente eran hermanos mellizos. Uno de los chicos tenía el cabello rubio oscuro mientras que el cabello del otro era más claro, pero podrías denotar en sus facciones muchas similitudes.

No aparentaban más de quince años. Eran unos niños, igual que yo cuando estuve aquí.

Muchas veces quise acercarme a ellos, como amigo para intentar ayudarles de alguna forma, pero había algo en la expresión de Roku que parecía decir 'Aléjate de nosotros'. Emanaba demasiada hostilidad, contrario a Dai. Él parecía perdido y casi lo podía ver temblar a la menor cercanía de cualquier persona que no fuese su hermano. Creía entender el comportamiento de Roku. El defendía a su hermano.

Admiraba eso de el.

A pesar que los hermanos participaban lo menos posible en la terapia, cuando lo hacían no podían evitar resaltar.

Tanto por su acento extranjero. Chino, había dicho Kag. Como por la forma críptica en la hablaban, no podías entender exactamente a qué se referían. Tal vez solo Bankotsu y quizás Kag, el resto de nosotros no lográbamos comprender la ironía con la que Roku se expresaba o el temor que denotaba Dai. Al terminar la reunión Roku tomaba la mano de Dai y lo llevaba a la salida donde una limusina negra los esperaba para llevarlos a casa.
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A tres semanas de haber iniciado con las terapias las cosas parecían normales. Dentro de los límites normales para mí, claro.

Por supuesto, todos pasaban muy pendientes de mi estado anímico. Sango y Miroku más que nadie.

Una de las cosas que me emocionaba a este punto era el avance que tenía en mis clases. Según Miroku y el mismo Jakotsu podría terminar pronto mis estudios en casa.

Jakotsu seguía muy amable conmigo y quizás mucho más amable que de costumbre. Era quizás que quería hacerme sentir a gusto con el, pero a veces me incomodaba. Y aún hoy no termino de comprender las palabras que me dijo aquel día acerca de Kag.

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