CHAPTER 06; Ashamed

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—¿Sorprendida, verdad? Soy mucho más apuesto de lo que dicen —habló apolo con una gran sonrisa

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—¿Sorprendida, verdad? Soy mucho más apuesto de lo que dicen —habló apolo con una gran sonrisa.

Beatrix sentía que el aire comenzaba a faltarle. No podía creer que tenía a su padre enfrente suyo.

Se dio cuenta que salió más parecida a su madre en cuanto vio los rasgos de su padre. Era rubio y bastante músculoso, lo suficiente como para decir que sus músculos tenían músculos. La única similitud entre ambos eran los ojos azules.

—¿Qué haces aquí? —preguntó en un hilo de voz.

—Quería hablar contigo.

Ver aquella sonrisa formarse en los labios de su padre y la manera tan sencilla en la que respondió había molestado a la pelirroja.

—Genial, te dieron ganas de hablar conmigo luego de 17 años.

El repentino ataque de Beatrix hizo que la sonrisa de apolo se desvaneciera al instante.

—Yo, no. . . —quedó en silencio con el ceño fruncido— ¿Quién te dijo eso?

—No hacia falta que me lo digan, es obvio —respondió acusando al rubio.

Apolo negó repetidamente intentando acercarse a la pelirroja, pero esta retrocedió cuando notó las intenciones de su padre.

— ¿Podríamos hablar sin discutir? Al menos por hoy — Apolo suspiro.

Beatrix soltó una carcajada incrédula ante lo que había escuchado.

—Ustedes los dioses quieren todo en bandeja de plata, creen que las cosas son así de sencillas —habló negando— ¿Cómo me pides que hable contigo sin discutir? Me abandonaste, y no sólo a mi, a todos los que están aquí —habló señalando a su alrededor.

—Y a mamá, abandonaste a mamá — continuó luego de un rato, tragando el nudo en su garganta.

Apolo negó varias veces mirando a su hija.

—Las cosas no son tan fáciles como crees Bea —habló.

—¡Eres un dios, deberían serlo! —gritó la pelirroja en desesperación.

— ¡No te atrevas a hablarle a tu padre de esa forma! — atacó el rubio en un grito.

Ambos sintieron como la cabaña empezaba a temblar debajo suyo, como las paredes empezaban a moverse dejando caer algunas cosas de los mestizos. Beatrix quedó sorprendida ante la situación, pero aún así no se dejó callar.

—¿Mi padre? Tú no eres mi padre — respondió negando— ¿Quieres saber quien si lo era? Marco Smith, el hombre que se preocupo por mi y aquél que dió su vida para que pueda llegar aquí, cumpliendo la última petición de mamá.

Aquellas palabras golpearon a apolo como un huracán.

— ¿La última petición? — preguntó temiendo lo peor — ¿Qué le pasó a Rachel?

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒, Luke Castellan | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora