CHAPTER 16; Problems everywhere

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- ¿Cómo es que ese niño mató a un minotauro? - Jasper arrugó el ceño

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- ¿Cómo es que ese niño mató a un minotauro? - Jasper arrugó el ceño.

Beatrix no le dió tanta importancia a su comentario, lo miró de reojo y volvió su vista al lugar de antes. Ella y sus hermanos estaban sentados en una de las mesas del comedor, la pelirroja desde su lugar observaba la mesa en donde se encontraban su novio y Percy.

- Es pésimo en casi todo - continuó el rubio.

—Nadie de nosotros vino aquí sabiendo lo que hacia —defendió Leah.

—¡Sí, pero tampoco éramos tan malos!

—Jasper —regaño Bea mirando a su hermano, el nombrado rodó los ojos y de mala manera se calló.

—Quizás tuvo un ataque de adrenalina, suele pasar. —Isaac se encogió de hombros.

Luego de que el castaño diga eso, el ruido de una campanilla se escucho resonar en el comedor. Jasper tiró su cabeza hacía atrás y suspiro.

—Ofrendas, lo había olvidado.

—¿No quieres hablar con papá? —preguntó Leah levantándose.

—No tiene caso, nunca me escucha —bufó.

Beatrix miró con pena al rubio, puso su mano en su hombro y sonrió ladeadamente.

Como era de costumbre cada semidiós hizo una ofrenda a sus padres, algunos conversando con ellos y otros rogando ser reclamados. El momento de ofrendar de Beatrix fue corto, la pelirroja entregó su ofrenda y lo único que le dijo a su padre fue que ella y sus hermanos estaban bien.

Por lo visto, su relación no había progresado bastante.

Cuando termino decidió ir junto a Luke, pues él tampoco solía tardar tanto en dar su ofrenda.

Llegó a la cabaña de hermes y no pudo evitar fruncir el ceño al no ver al chico ahí. Pregunto por él a Chris quien frunció el ceño y respondió que tampoco lo había visto. Esta vez el moreno decía la verdad.

Luego de buscarlo por casi todo el campamento Beatrix decidió darse por vencida y volver a su cabaña, pasó toda la tarde conversando con sus hermanos que no se dió cuenta de lo rápido que había llegado la noche.

Cuando volvió a salir de su cabaña no encontró ni una mínima señal del castaño, hizo una mueca y se encaminó hacia los baños para darse una relajante ducha.

Al terminar fue a su cabaña, se vestió y se tumbo en la cama, pues a pesar de estar preocupada por Luke el entrenamiento con sus hermanos la había agotado bastante. Después de todo, Luke era un excelente guerrero, no había de que preocuparse.

La pelirroja despertó cuando el sol a tráves de la ventana logró golpear su rostro, hizo su rutina de todas las mañanas y salió de su cabaña tranquila.

Su semblante cambió cuando vió a Luke correr hacia ella.

—¡Preciosa, hola! —saludó el castaño agitado.

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒, Luke Castellan | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora