| ¿Por qué las personas que más amamos son las que más nos lastiman?
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Written by: 𝐊𝐱𝐩𝐥𝐢𝐧_
Bellísima portada hecha por @nykollparedes
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Beatrix abrió los ojos al escuchar el ruido mañanero del campamento, tomó asiento en el borde de su cama y talló sus ojos soltando un bostezo cansada.
Dirigió su mirada al otro extremo de la cabaña, en donde logró ver a Thomas dormir plácidamente en su cama. Un sabor amargo pasó por su boca al ver que el niño tenía el frasco de antipsicóticos en su mano, sosteniéndolo como si fuera lo más preciado del mundo.
El gran bostezo de Jasper hizo que la pelirroja volteara a verlo.
—Buenos días —saludó Jasper mientras se estiraba.
— Buenos días.
—¿Cuánto tiempo llevas despierta? —preguntó el rubio levantándose.
—Casi nada de hecho, desperté hace unos segundos. — La pelirroja copió su acción.
Jasper hizo una mueca y se talló los ojos adormilado, el siguiente en despertar fue Isaac y siguiéndole el paso Leah, no tardó mucho para que los demás hijos de apolo empezaran a despertar también.
Mientras sus demás hermanos conversaban y jugaban entre sí, Beatrix seguía observando a Thomas, quién aún dormía sin tener intenciones de querer despertar pronto. Desde su lugar, Isaac miraba atentamente a Bea, notando en los ojos de su hermana una gran preocupación.
Quizás Beatrix Smith solía aparentar ser una chica ruda, una chica que no actuaba en base a sus sentimientos sino a sus metas y a lo que era correcto, pero en el fondo ella era igual de frágil que todos los demás, siendo así cualquier peligro o situación que pasaban sus hermanos capaz de lastimarla.
Los cuatro chicos salieron de su cabaña conversando de cualquier cosa, uno de los principales temas de conversación fue el misterioso niño que despertó, aquél que mató al minotauro.
Cuando pasaron frente la cabaña de hermes, Beatrix observó el lugar de reojo, pues aunque no había dicho nada la pelirroja tenía el anhelo de saludar y ver a su novio, y de paso, conocer al niño.
—Puedes ir si quieres —habló Isaac frenando su caminar, acción que fue copiada por sus hermanos.
—No, esta bien —negó Bea.
—Deberías ir y pasar tiempo con tu noviecito. No tenemos nada que hacer hoy —dijo Jasper en tono burlón.
—Tienen razón, ve —habló Leah mirando a su hermana.
Beatrix miró a sus hermanos atenta, observando si cada uno estaba seguro de lo que decía. Luego de un rato y al ver que sus hermanos no tenían ningún problema, Beatrix asintió volteando a ver la cabaña número 11.
—Esta bien —volteó a verlos— ¿Entrenamos juntos luego?
—Claro —dijo Jasper, los demás solo asintieron.
Beatrix se despidió de ellos con la mano y camino hacía la cabaña de hermes. En cuanto se adentró en el lugar el primero en saludarla fue Chris, quién ya la había visto venir desde lejos.
