Morgan:
—Gracias por dejar que me quede.
—Pues no puedes dormir en la calle—dijo Mónica con un tono más duro del que había esperado, pero sabía que no estaba dirigido a mi, sino a él y no pude resistir el impulso de defenderlo.
—No es su culpa—dije mientras me recostaba en el sillón—. Debí haberle dicho la verdad desde un principio. Es solo que... Tenía mucho miedo de que no me creyera, como ahora.
—Si se lo decías antes o ahora ya no importa, ¿qué harás?
—Pues, por el momento y si el ofrecimiento sigue en pie...—levanté la cabeza para mirarla y cuando asintió me permití continuar—. Ir a Madrid y ganar la competencia.
—¿Después?
—No lo sé, si no puedo trabajar contigo a lo mejor y me quedo en Madrid con el último sueldo que vas a pagarme—ella levantó una ceja y yo solté un suspiro—. No estoy en posición de avergonzarme, necesito el dinero—agregué y vi como Mónica asentía lentamente, analizando mis palabras—. No me queda nada aquí, nada por lo que quedarme, así que, no le veo sentido volver.
—¿Te resignaste?—preguntó, con voz queda.
—Lo intenté, Mónica, le dije toda la verdad y, aún así, no puede creerme—mi voz se rompió antes de que pudiera continuar—. Creo que acabo de perderlo.
—No te hagas a la idea de huir, que puedes quedarte aquí hasta que logres estabilizarte y todavía tienes trabajo conmigo—añadió y se levantó del sofá para dirigirse a la que me imaginaba, era su habitación—. Pero será mejor que ganemos las Nacionales, traerá prestigio al Estudio y prestigio significa más estudiantes, simplificándolo todo, más dinero, que aunque me repugna ponerle valor al arte, lamentablemente se necesita dinero para vivir.
—Gracias, Mónica.
—No quiero un gracias, quiero dedicación, honestidad y lealtad, Morgan.
—Las tendrás.
Mónica apagó las luces antes de desaparecer.
Su piso no era muy grande, pero se notaba que era lujoso, estaba ubicado en una buena zona de Barcelona. Hace unas horas, cuando Pedri se había llevado a Oli, me había quedado con Mónica y le había contado todo, toda mi vida sin pelos en la lengua, ella había escuchado atenta, pero no había demostrado ninguna emoción. Cuando le dije que iba a buscar a Pedri, me había dado su dirección, solo por las dudas y yo había rogado no tener que utilizarla, pero aquí estaba, recostada en su lujoso sofá, sin el amor de mi vida.
Pedri:
Me desperté por unos toquecitos en el rostro.
Era Oli.
—Hola, Oli —dije mientras bostezaba—. ¿Dormiste bien?
—¿Por qué dormiste en la sala?—preguntó con el ceño fruncido.
Fue entonces cuando me di cuenta de que no me había ido a mi habitación, sino que me había quedado dormido en el sillón. Me tomó solo un segundo recordar el motivo por el que decidí quedarme.
Morgan.
No podía subir y no verla dormir profundamente en la cama.
—¿Papá?—preguntó Oli otra vez, atrayendo mi atención.
—Ah, porque... —miré toda la sala para inventar algo—. Porque me quedé viendo una película.
—¿Cuál?
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IT'S JUST A MISTAKE
Fiksi PenggemarElla no lo ha tenido fácil, desde que era una niña ha tenido que aprender a ganarse la vida. Su abuela siempre le ha advertido que no se deje llevar y que se guie por el camino firme, el claro, el bueno... Pero a veces la vida nos muestra caminos bo...