Es solo unas... Uñas francesas

3K 248 28
                                    

Morgan:

Tres meses después...

—¿Estás hablando en serio?—pregunté y no pude disimular la ilusión que me hacía su propuesta, era muchísimo más de lo que yo había esperado alguna vez.

—Desde que ganamos han venido muchos padres a preguntar por las clases, tienes cierta preparación que hemos ido reforzando con los meses, bailas muy bien, y, además, me parece una buena idea que te encargues de los demás grupos que no son el equipo principal tú sola, yo ya soy demasiado vieja—agregó Mónica mientras comía.

—Pero voy a seguir ayudándote con el equipo principal, ¿no?—añadí solo porque me estrujaba el corazón la idea de no trabajar con Marcos, Michael y Julieta, se había vuelto esencial para mí levantarme y verlos seis días a la semana.

—Por supuesto—dijo y le pasó una patata a Oli —. Los chicos enloquecerían si piensan que ya no trabajarás con ellos, eres parte del equipo.

No podía dejar de sonreír.

—Muchas gracias por confiar en mí—solté y me puse de pie, sin poder contener la emoción.

—¿No te preguntas si vas ganar más dinero?—preguntó levantando un ceja.

—¿Ya no tendré salario mínimo?

—Pues con todo lo que trabajas y haces por este lugar, creo que si no te aumento la paga van a denunciarme por explotación laboral...

Ni siquiera dejé que terminara, me abalancé sobre ella y le di un abrazo.

—Bueno...—iba a llorar de la felicidad—. Ya, suficiente, niña, sabes que no me gustan los abrazos—dijo Mónica y yo volteé los ojos antes de soltarla.

—Yo quiero un abrazo—dijo Oli sonriéndome.

—Por supuesto—dije y la levanté de la silla para abrazarla y dar vueltas con ella.

Oli comenzó a reír.

—Pero me parece que no vas a poder con todo—agregó Mónica y se metió una rodaja de tomate de su ensalada a la boca—. Si das todas las demás clases ya no te quedará tiempo para atender la recepción y organizar los pagos y eso... Tendremos que buscarnos a otra chica...

—Bueno...

—¿Pero quién aceptará trabajar por una paga miserable? ¿Limpiar este lugar? ¿Organizar toda esa pila de recibos? Tendrá también que encargarse del papeleo y las facturas... ¿Dónde encontraremos a alguien sin oficio ni beneficio que acepte?—ya estaba siendo sarcástica.

Solté una risa porque en ese momento se abrió la puerta.

—¡Mor!—dijo Zoe, entrando en el Estudio—. ¡Espero que estés lista porque tengo el auto estacionado en doble fila y llegamos tarde para hacernos las uñas! ¡Van a cancelarme el turno de nuevo!

—Ah, ahí está —resopló Mónica y puso los ojos en blanco—. Ya te dije que no más amigos aquí, suficiente tengo con aguantar a tu novio—esta vez se dirigió a mí.

Zoe sonrío al escucharla.

—¡Hola, Mon!—se acercó casi saltando, solo porque a Mónica le molestaba que lo hiciera—. ¿Cómo estás?

—Estaba bien hasta que llegaste—soltó Mónica.

Oli y yo contuvimos una risa.

—Tan amorosa y amable como siempre, yo también me alegro de verte, viejita linda—dijo Zoe, ignorando totalmente su comentario.

IT'S JUST A MISTAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora