Es solo un... Rumor

2.7K 177 19
                                    

Pedri:

Me desperté en el sofá de mi casa con Morgan profundamente dormida a mi lado. Fue inevitable que una sonrisa apareciera en mi rostro.

Tomé mi teléfono y miré la hora. Eran nueve de la mañana.

Mi mente se dirigió a los recuerdos de ella y yo anoche. Y aunque hubiera querido enfocarme en nuestro beso, todos mis pensamientos estaban dirigidos al momento en el que ese asqueroso hombre le puso las manos encima.

Tenía mucha rabia y lo que más me molestaba era que él iba a salirse de rositas sin pagar ninguna de las consecuencias que debían de existir por intentar hacerle daño. 

Mor se movió a mi lado y entre sueños estiró su brazo para abrazar mi abdomen.

Observé sus respiraciones, aún estaba dormida.

Algo se removió en mi estómago al pensar en nuestro beso.

Había sido...

De alguna manera...

No podía explicarlo con otras palabras: El mejor beso de mi vida.

Sin embargo, hice una mueca.

¿Desde cuando me había vuelto tan cursi?

En ese momento mi móvil sonó. Era Joaquín.

Quise moverme para ir a otro lado y evitar despertarla, pero no podía porque estaba sujeta a mi con fuerza. Bajé el volumen, por si Joaquín quería seguir gritándome y contesté.

Vas a tener que venir a la estación de policía a declarar—dijo Joaquín por el teléfono, con una voz extrañamente calmada. Eso hizo que me pusiera nervioso.

—De acuerdo—respondí, bajito, pero no sirvió de nada porque Morgan volvió a moverse y esta vez sí se despertó. Se sentó a mi lado y dirigió una mirada a mi móvil.

Estuvo a punto de levantarse, pero la tomé de la mano.

Joaquín colgó y yo me senté.

—Vas a tener problemas por mi culpa—dijo Mor y vi la preocupación en sus ojos. No estaba haciendo un pregunta, estaba asegurándolo.

—No, no no voy a tenerlos—afirmé, aunque no estaba completamente seguro, pero no quería que ella se preocupara, ya había pasado por mucho—. Joaquín ya sabe todo lo que pasó en ese lugar y debido a que le pagamos a Hugo, va a estar de nuestro lado si no quiere problemas con la clausura de su club.

Mor me miró para nada convencida, pero además del miedo en sus ojos, también había culpa y arrepentimiento, eran una mezcla de emociones.

—Te pagaré—susurró, aún sujetando mi mano y acercándose a mi—. Te juro que te pagaré cada centavo.

Y aunque yo no iba a aceptar que lo hiciera, asentí, solo porque sabía que no se tranquilizaría si me negaba.

Mor se acercó tanto que yo no pude resistirme, moví mi cabeza y encontré sus labios a medio camino y entonces todas las preocupaciones desaparecieron y todo se sintió bien.

No me había dado cuenta, hasta ahora, que de alguna forma había caído por ella y lo sabía porque hasta hace unos meses atrás yo no podía siquiera pensar en la idea de estar con alguien, no me apetecía, pero ahora... Era diferente, así que llevé mis manos hacia sus mejillas para profundizar, pero nos detuvimos porque ambos escuchamos el sonido de la puerta abriéndose.

—¡Pedri!—era Fer, que aún no se había dado cuenta de que estábamos en el sofá—. ¿Estás bien? Vi las noticias—dijo y comenzó a subir las escaleras, me imaginaba que para dirigirse a mi habitación.

IT'S JUST A MISTAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora