IT'S JUST A MISTAKE

Es solo...

Pedri:

—¿Eres la prima de Frenkie?—pregunté y ambos nos soltamos las manos.

Su vestido negro no hacía más que resaltar la tonalidad de su piel, hacía un buen contraste.

—¿Tú lo conoces?—preguntó Zoe, levantando una ceja y llevó una mano hacia dentro del baño para apagar la luz.

—Somos compañeros de equipo—respondí.

—Ah, lo siento, yo no veo mucho futbol, no me gusta—comentó Zoe e inmediatamente mi sonrisa desapareció.

¿A quién no le gustaba el fútbol?

—¿Cómo es posible?—ni siquiera pude disimular mi tono de sorpresa, eso hizo sonreír a Zoe.

—Son once personas corriendo detrás de una pelota...

—No, por favor, no sigas—la corté y su sonrisa se hizo aún más amplia.

—Frenkie actúa igual que tú cuando abro la boca para decir mi opinión sobre el fútbol, creo que se aguanta el querer estrangularme.

—Sorprendente, considerando que él es una persona muy pacífica.

—Sí y creo que hay muy pocas cosas que lo alteran...

Zoe fue interrumpida por el sonido de su teléfono, llevó la mano hacia su bolso y lo sacó para contestar.

—Hablando del Rey de Roma—dijo segundos antes—. Hola primito...

Sonreí ante sus sonidos de asentimiento.

—Si... No... Arriba... En el baño...

Y ante la última frase levantó su vista, no entendí cómo lo supe, pero estaba seguro de que ella estaba planeando algo.

—No te atrevas—le advertí rápidamente y al parecer eso, no hizo más que incentivarla.

—Sí, en el baño... Con uno de tus compañeros de equipo—le hice unas señas de súplica y el: Ni se te ocurra de Frenkie comenzó a repetirse una y otra vez en mi cabeza—. Amm sí, bueno, no sé no le pregunté su nombre...

Me llevé una mano a la cabeza por su mentira, sí que me lo había preguntado.

—Ah no, espera, sí que me lo dijo—añadió para corregirse—, se llama Pedri... ¿Hola? ¿hola?—dijo Zoe y frunció el ceño—. Me colgó.

—¿Por qué hiciste eso?—negué con la cabeza y ella me dio una sonrisa que podría describirse como angelical, aunque de eso no tenía nada.

—Frenkie necesita enojarse de vez en cuando, le va a hacer bien—respondió simplemente con una fingida inocencia.

—¿Y es necesario que se enoje conmigo?—pregunté y traté de evitar sonreírle de nuevo.

—No creo que se...

—¡Zoe!—dijo Frenkie, apareciendo por las escaleras en menos de quince segundos, tenía la cara roja como un tomate y detrás de él estaban Ferrán y Pablo, abrazados por los hombros, pude notar que se habían pasado un poco de tragos y ayudándolos a subir estaba Ansu.

—No es lo que crees—dije rápidamente cuando Frenkie llegó hasta nosotros y para hacer énfasis me alejé un paso de Zoe.

—¡Túúú!—me señaló con su dedo acusador—. ¡Y Túúú!—señaló a Zoe.

—Uy un baño—dijo Pablo y comenzó a caminar hacia ahí.

—¿En serio?—preguntó Ferrán—. Genial, porque no lo quería decir, pero...—se tambaleó un poco y para evitar caerse se sujeto de Gavi —. Tengo muchas ganas de orinar...