Extra.

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Descripción.

Jorge acaba de tener un bebé y por primera vez experimenta la depresión post parto.

...

Diego corrió con velocidad entre los pasillos del hospital, Jorge le había llamado desesperado a eso de las cinco de la madrugada diciéndole que el cachorro ya venía, nunca había escuchado a su esposo tan nervioso desde que Elian se había roto el brazo aprendiendo a andar en bicicleta el año pasado.

Tuvo que volar de emergencia, aún así sabía perfectamente que no había podido llegar al nacimiento de su bebé, antes de que le marcara el dolor de caderas era impresionante, y se odiaba con todas sus fuerzas por haber ido a ese viaje para una rueda de prensa sin Jorge, nunca debió de asistir a ese viaje sabiendo perfectamente que su esposo estaba tan cerca de dar aluz.

—¿Cómo está? —preguntó aferrado al ver a los padres de Jorge y a los suyos ahí—

—Esta muy triste, gritó mucho...

—¿Nadie lo acompaño? —preguntó aterrado, su madre negó— 

—No lo trataron bien...

El alfa abrió los ojos impresionado al escuchar lo que dijo, negó, con miedo.

—¿Qué le hicieron?

—Quiso que pasara su madre, la doctora no lo permitió...

—Esa perr-

—No vale la pena quejarse ya —habló su suegro, volteó a ver a Mario, supo que enserio la había pasado mal porque hasta el alfa se veía preocupado—

—¿Han visto al bebé?

—Ni siquiera a él se lo han dado.

—Maldita sea, voy a demandar a esa maldita doctora y a este hospital de mierda.

Diego respiró hondo caminando en círculos, tuvieron que cambiar de ginecólogo a última hora, ya que la madre de su doctor falleció y tuvo que viajar durante algunas semanas.

Se la habían recomendado tanto y fue dulce en la cita que tuvieron, pero parece que solo había sido así porque había un alfa presente.

—¿En qué habitación está?

—En la doscientos siete, pero no nos han dejado pasar.

Diego se acercó a una pared en donde estaba el mapa del hospital, al encontrar la habitación donde estaba Jorge, caminó de forma rápida al ascensor, sin importarle la voz de sus familiares.

Iba pensando tantas cosas mientras subía los pisos y caminaba por los pasillos, ¿Cómo podía ser que fuera tan caro y trataran mal a su pareja? No era un puto hospital público, ni siquiera era uno privado económico.

Cuando quiso entrar a la habitación, una enfermera intentó detenerlo, él se soltó de la mujer, entrando sin preguntar.

Al ver a su esposo, notó inmediatamente lo mal que estaba, lloraba en silencio y temblaba, estaba en una habitación solitaria y fría, sin olor a alfa o a un bebé, solo el horrible olor a hospital y el desesperante aroma de dolor.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora