5.

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Diego abrió sus ojos confundido al escuchar la alarma de su celular, extendió su mano y buscó apagar aquella, hasta que se dio cuenta de que no era su alarma la que estaba sonando.

Se dio la vuelta y abrió uno de sus ojos, vio un rostro pacífico y completamente dormido, un torso desnudo, el suyo propio, un brazo rodeando su cintura.

Lo habían hecho otra vez.

—Oh... —cubrió su boca cuando Jorge abrió sus ojos, el chico de rizos alzó una ceja, alejándose con cuidado de él— Buenos días...

—Buenos días...

—Tenemos trabajó hoy... Y yo desperté... En tú cama...

Jorge sonrió burlón al ver a Diego así, asintió, levantándose con algo de molestia en el cuerpo.

—Eres delgado, apuesto que somos la misma talla... Te puedo prestar algo de ropa —ofreció, Diego asintió— Iré a bañarme... Luego vas tú.

Eo mayor asintió, se recostó en la cama nuevamente, mirando con atención la habitación del hombre, entonces, se levantó y caminó hasta el baño.

—¿Puedo entrar contigo? —Jorge sonrió y asintió, Diego hizo lo mismo, mojándose una vez que él omega se lo permitió— ¿Cuánto tiempo llevas con ella?

—Creo que cinco años, algunos meses, ya no lo recuerdo —dijo con una sonrisa— ¿tú? ¿Cuánto llevas soltero?

—Mmm... Un año y algunos meses...

—Vaya... ¿Y me contarás por qué terminaron? —dijo de forma burlona, terminando de lavarse el cabello—

—A veces me siento viejo... Ya sabes, llevábamos más de tres años, yo quería formalizarlo, quería casarme con él y en un futuro cercano tener hijos... Solo que era difícil hacerlo si el mundo ni siquiera sabe que somos gays...

—Si no tuviste el problema que yo, no entiendo porque fue tan difícil...

—El no era un omega... —tosió, Jorge frunció su ceño, mirando la amplia espalda que Diego le estaba dando mientras lavaba su cabello—

—¿Beta?

—Mm...

—¿Salías con otro alfa?

—Esa era su excusa —susurró, sonrojándose— Yo quería sentar cabeza y él quería ser "libre" era solo una forma de mantenerme tranquilo, unas semanas después de  terminar acepto ser homosexual ante el ojo público...  Dijo que tenía una pareja desde hace bastante tiempo que lo hizo cambiar de opinión, el mundo tenía que saberlo —dijo sonriendo, con algo de tristeza en su voz— Me lo imaginaba, era un omega estereotípico, precioso, yo le daba vergüenza... —cerró la llave del agua, saliendo de la ducha después de envolverse en una toalla del chico, Jorge solo se quedó mirando cómo iba a ponerse la ropa que minutos antes le había dado—

Diego no era feo, era un alfa sumamente masculino, muy guapo, alto, y aunque era bastante delgado, tenía un cuerpo perfectamente proporcionado, aquel alfa tenía un encanto natural. No podía entender a su ex pareja.

—Bueno... Si yo no tuviera que casarme con una mujer, te haría mi esposo —Diego no pudo evitar reír—

—¿Ah si?

—Mmm, sí, eres un alfa muy bonito —dijo burlonamente, tomándolo de la cintura—

—¿Y quién te hace creer que yo te haría mi mujer?

—"Mujer" no me parece la palabra correcta...

—¿Por qué no? ¿Cuál te gusta más? ¿mi omega? ¿mi esposo?

—Por favor para —dijo riendo con nerviosismo, alejándose de él chico—

—¿El padre de mis hijos? ¿O prefieres madre? —Jorge se carcajeó y golpeó el hombro de Diego, finalmente consiguiendo que parara— Habló enserio, no entiendo a los alfas de los que estas rodeado... Es obvio que eres un omega, eres de verdad precioso, ¿cómo puede ser que esa mujer te haya puesto el cuerno alguna vez?

—Solo son normales, tú eres el anormal...

—Di lo que quieras, pero yo no tendría miedo de convertirte en mi esposo y embarazarte.

Jorge se sonrojo enormemente, cubrió su rostro y miró a otro lado con vergüenza, asintiendo. Ambos temas le daban mucha vergüenza.

—Ya vámonos o llegaremos tarde, ni siquiera alcanzaremos a desayunar algo...

Diego rió con fuerza al ver la reacción de Jorge, alzó una ceja burlándose.

—¿Por qué te da tanta vergüenza? Eres un omega... Es lo que hacen los omegas, ¿me dirás que nunca lo has pensado?

—Yo no puedo tener bebés —susurro, el mayor frunció su ceño—

—Pero... Eres un omega... En las betas suele suceder, pero ¿en ti?

El menor alzó los hombros, poniéndose su sudadera.

—Después de los celos todos vamos a citas médicas, ¿no? —Diego frunció su ceño, y asintió— Para comprobar tu casta, checar que todo este bien... Recomendarte supresores para tu celo... En mí, notaron que no me estaba desarrollando de forma "normal"... Me dijeron que nunca podría quedar embarazado —dijo como si nada, terminando de acomodarse el cabello—

En realidad, era un tema que le afectaba demasiado, pero después de tantos años, ya lo podía hablar con cierta normalidad.

—Oh...

—Sí, oh —Sonrió con normalidad— Bueno, vamos a trabajar —dijo antes de salir de la habitación—

Le sorprendía enormemente la forma en la que el omega se comportaba, como si no le importara, como si no le doliera...

Era un chico demasiado raro.

...

Cuando el ensayo por fin terminó, la mayoría empezó a salir, solo quedando Jorge, Diego y Danna.

Diego y Danna platicaban animadamente hasta el fondo de el salón de ensayos, cuando él alfa empezó a carcajearse Jorge no pudo evitar sonreír, perdiéndose un poco en el nacimiento de su cuello, sus clavículas...

Se empezó a acercar, pero escuchó unos pasos, al voltear, pudo ver a Danna prácticamente colgándose de su novio.

—¡Aleeex!

—Hola, pequeña —rió, besando su cuello, se alejaron y sonrió al ver a Jorge— ¡Hey! —lo abrazo, viendo al alfa— Perdón, no te conocía, soy Alex, novio de Danna, amigo de Jorge —dijo sonriente, extendiendo su mano hacia él mayor—

—Un gusto, soy Diego, amigo de Danna y Jorge —sonrió de forma dulce, Alex alzó una ceja mirando a Jorge, el de rizos lo noto y golpeó su abdomen con su codo, sin mucha fuerza—

—Bueno, ¿Qué tal si vamos a comer? —preguntó mirando a los tres— Hace un tiempo no hablo contigo —miro a Jorge— Y me gustaría conocerte —dijo, volteándose a Diego— 

Diego asintió, Jorge frunció su ceño y tomó al alfa de la cintura, apegándolo a su cuerpo.

—Bueno, vámonos —dijo, caminando fuera del lugar, tomado de la mano de Danna—

—¿Qué haces?

—El sabe, no te preocupes.

—¿Es que todos saben menos yo? —dijo sonrojándose, negó cuando lo acercó más a él, alejándose un poco— No... Me da vergüenza... — susurro—

—No tiene que darte... —le guiño un ojo, besando su mejilla—

Él alfa bajo la mirada cubriéndose el rostro. Con algo de pena.

Pero se dejó guiar por el Omega que tenía su mano en la cintura.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora