16.

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Habían pasado algunos días desde aquel incidente.

Ambos seguían viéndose como siempre lo habían hecho, en ensayos, en prácticas, cada que Diego tenía tiempo libre, cada que Jorge tenía tiempo libre, buscaban poder encontrarse para pasar algunas horas juntos.

Desde que tuvieron aquella plática, no tenían relaciones, estaban buscando conocerse un poco más, ninguno sabía si enserio iba a funcionar, solo sabían que sentían algo por el otro y que no perdían nada con intentar funcionar.

—Hola —sonrió Diego, Jorge giró los ojos y se apartó un poco, esa era su rutina, Diego le hablaba bonito, lo buscaba y hacía todas esas cosas cursis que sabía hacer bien, mientras que Jorge huía y se hacía el desinteresado, aunque por dentro muriera de amor— ¿Enserio no me vas a hablar? Que omega más grosero...

—Mmm... Alguien me está molestando.

—¡Oye! —sonrió, Jorge no pudo evitar sonreír cuando Diego lo tomó en sus brazos y beso sus labios— Ahora si... ¿Te parece que te estoy molestando?

—Yo creo que merezco otro beso... —Diego sonrió, dándole un profundo beso cargado de amor— Mmm... No me disgusta que me molestes.

—Dame otro entonces... —Diego se acercó a la boca de Jorge para besarlo una vez más, cuando sus labios estuvieron juntos, ambos se sentían cómodos—

— Tenemos que dejar de besarnos cuando estamos en la calle, salgo con una celebridad.

—No soy una celebridad, solo soy conocido...

—Ujum, esta serie promete mucho, cuando se estrene seré omega de una estrella de Netflix, wow —le guiño un ojo, Diego no pudo evitar sonreír—

—¿Omega de una estrella de Netflix? —Las mejillas de Jorge se encendieron al darse cuenta de lo que dijo— Yo no recuerdo habértelo pedido todavía...

—S-Si, tienes razón, perdóname, estoy diciendo una estúpidez —se alejó rápidamente del alfa, sintiendo una vergüenza inmensa—

Diego sonrió y se dirigió a él, lo envolvió en sus brazos y besó su frente.

—Te lo pediré... —susurro— Porque lo mereces, esto tiene que tener etiqueta... Solo, quiero sorprenderte...

—No me gustan las rosas, ni los chocolates, me recuerdan a ella.

—No te regalare rosas, ni chocolates.

—Bueno —Jorge sonrió de lado levemente, se abrazó del alfa, acurrucándose en su hombro—

Se abrazaron unos minutos, se apartaron al poco rato.

Siguieron caminando por ahí.

...

Danna los había invitado a su casa, Jorge y Diego aceptaron, hacía bastante no salían con sus amigos, por lo cual, decidieron que una tarde con Danna, sería perfecta.

Ambos hombres estaban en un súper mercado comprando comida para la cena, ella dijo que cocinaría pero que necesitaba pan, entonces lo compraron, al igual que un vino y algunas botanas.

—Uyyy... Yo amo estas, wey —dijo, tomando los doritos nacho— Son mis Sabritas favoritas

—¿Enserio?

—Ujum —sonrió, entonces Diego metió algunas bolsas más— ¿Qué haces?

—Son para ti, para que tengas en tu casa y en la mía —Los ojos de Jorge se abrieron y sonrió dulcemente, el alfa solo beso su mejilla y siguió caminando por los pasillos—

Ese alfa le sorprendía mucho, enserio lo quería bastante.

—Entonces dime cuales te gustan a ti para que te las lleve —dijo preocupado, empezando a buscar entre los anaqueles, Diego negó y lo jalo, yéndose de ahí— Diego...

—Jorge, quiero cortejarte, quiero que seas mi pareja... — el corazón de Jorge se acelero, sin poder creer lo que Diego le acababa de decir— Por favor déjame tratarte como mereces, amor.

Jorge ya no discutió.

...

Ambas parejas estaban juntas, tomaban unas cuantas copas, hasta que Danna tuvo que ir por más vino, Diego se levantó, diciéndole que la acompañaría, la chica acepto con gusto, yendo con él a comprar más.

Cuando Jorge y Alex se quedaron solos, empezaron a hablar un poco mejor.

—Alex, ¿Cómo cortejaste a Danna?

—¿Cómo no vas a saber? ¿Coky, nunca te han cortejado?

—Mmm... No...

Alex frunció su ceño sin entender, se sentó mejor en la silla y suspiro.

—Mira... Primero suele venir la pregunta, "¿Me dejas cortejarte?" Yo le hice esa pregunta después de comprarle girasoles... Entonces, empiezan varias semanas en las que él estará detrás de ti, comprándote cosas, trayéndote regalos, llevándote a lugares... Hasta que venga la pregunta verdadera.

—¿Si quiero que seamos pareja?

—Mmm... Si, se podría decir —sonrió, suspiro al ver cómo Jorge bajo la mirada— debes de dejar de preocuparte por eso...

—Es que... Si él cambia y se vuelve como ella... O como el...

—Jorge, Diego es un buen hombre... ¿Ok? No todos tienen que ser como en tu pasado...

—Empezamos teniendo sexo... Tengo miedo de que no me tome enserio...

—Que hayan tenido sexo ya, no significa que no va a tomarte enserio, créeme, él te va a cuidar... Estás en buenas manos...

...

—Tengo miedo.

—No te va a decir que no.

—No lo sé, él es tan perfecto , pero... Sufrió mucho, Danna, no quiero lastimarlo, quiero hacerlo sentir seguro y bien... Quiero darle lo mejor —Admitió— Fluimos en todos los sentidos, físicos, emocionales, sexuales, enserio me veo compartiendo mi vida con el.

La chica sonrió con dulzura, apretó su mano con una sonrisa.

—Hay que empezar a planear su cortejo, entonces —Dijo de forma dulce— ¡Ya se! ¿Y si le cantas?

—No, eso no va a pasar.

Danna hizo un puchero, a ella le parecía una forma agradable, pero entendía.

—Llévalo a pasear... No lo se... Compraste un apartamento hace poco en la playa, ¿no?

Diego lo pensó un poco y asintió, mirando su celular.

—Le avisaré a mi manager que me iré unos días, entonces —sonrió— Le va a encantar, el lugar es precioso... Espero que ceda a irse conmigo.

—Claro que lo hará...

—Lo que me preocupa un poco es que no acepte que yo le pague... No le gusta ni siquiera que le compre doritos, Danna, lo pone incómodo... No me gusta, yo le quiero dar todo lo que pueda...

—Bueno... Créeme que no le costará mucho acostumbrarse, los hombres detallista son lo más lindo del mundo.

Diego sonrió y tomó la mano de Danna, la beso con amor para luego suspirar.

—Muchísimas gracias, bonita.

Danna sonrió emocionada y besó su mejilla, dejándose consentir.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora