20.

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Cuando lo golpeó de nuevo gruñó, escupiendo sangre.

No había dicho ni una sola palabra, no quería que se desquitara con su madre, ella ya estaba grande y tenía muchos problemas, él aún podía soportarlo, pero ella ya no.

—¿Cómo rayos te eduque? ¿Qué clase de hombre eres? —lo golpeó otra vez, Jorge solo cayó al suelo— ¡Ya contéstame!

Silencio.

—Maldita sea Jorge... —Levantó nuevamente su puño, el omega solo se le quedó mirando, con sus ojos llorosos, rogando—

—Haz la prueba de paternidad, papá...

—¿Qué estás diciendo?

—Si es mío... Yo me haré cargo... Si no lo es... Me dejarás en paz... Me dejarás ser feliz con Diego...

El alfa solo rió y lo soltó, causando que se golpeara con el suelo.

—Por Dios Jorge, ese alfa va a dejarte, es mucho hombre para ti...

—Eso ya quedará en mi, no en ti...

El alfa solo giro los ojos.

—¿Cuál es tu obsesión por llevarme la contraria? ¿Eres masoquista?

—Solo soy completamente diferente a ti...

—Y aunque te haya dado chingos de palizas sigues contestando, omega imbécil.

Jorge sonrió de lado, eso hizo enfurecer aún más a su padre. Lo tomó de los cabellos, lo tiró al suelo y volvió a patearlo, Jorge solo se quedó quieto gimiendo, pero soportando cada golpe.

...

Estaba sentado en la cama de la que alguna vez había sido su habitación, ya no quedaba nada de él, los muebles habían dejado de ser color chocolate, las letras en el respaldo de su cama ya no estaban pegadas, su closet ya no era su closet.

En cuanto pudo salir de su casa, lo hizo, se graduó, buscó varios trabajos, luego empezó con su verdadera pasión, pero él había hecho millones de cosas para no quedarse en aquel frío lugar.

Fue mesero, repartidor, bailarín, community manager, intentó en YouTube, intento tantas cosas, y al final lo logró, pudo salir de su casa, estaba pagando su carro, rentó un departamento, y aun así no se sentía bien, no se sentía feliz.

¿Qué nunca lo sería?

—Hola, bebé...

Jorge volteó a la puerta, al ver a su madre sonrió suavemente, se acercó a ella, suspirando al ver cómo se veía tan herida.

—Discúlpame, mamá... Enserio lo siento, tanto...

La omega sonrió y acarició su cabeza, le ofreció la comida, Jorge negó, escondiéndose mejor entre sus brazos, acurrucándose sobre su pecho.

La mujer empezó a acariciar su cabeza, suspiro al ver cómo su hijo comenzó a llorar.

—¿Cómo es con Diego? —susurro, Jorge se le quedó mirando con sus ojos cristalinos– Cuéntame de él...

—E-Es el alfa más perfecto que e visto, mamá... Me ama, me ama enserio... Se preocupa por mi, me compra cosas, me esta cortejando... O sea, lo esta haciendo enserio...

La omega sonrió dulce al escuchar a su hijo, suspiro y bajo la mirada.

—¿Es el muchacho que sale en la televisión?

Jorge hizo un puchero, bajo la mirada y luego de pensarlo algunos minutos, asintió.

—Si... Si, es el...

—Jorge, yo te amo... Y lo debes de saber... —El omega asintió, lo sabía, él también la amaba a ella—

—Yo también te amo...

—Tú... No eres feo mi amor... Pero... No eres lo suficiente para un alfa como el...

—¿Qué?

—Mira... Toda tu vida fuiste gordito, Tus caderas y piernas son muy gordas, tienes muchas estrías y celulitis... Eres bonito, pero... No lo suficiente... No puedes tener hijos, mi amor... Ese alfa va a aburrirse pronto.

—¿Enserio me estás diciendo esto?

—Jorge, solo te digo la verdad, todos los alfas...

—¿A todos los alfas les gustan delgados? —se apartó de ella— ¿Me dejara cuando se aburra? ¿Cuando quiera una familia?

—Bebé...

—¿Por qué no tengo valor, mamá? Sigo siendo una persona, con sentimientos, aunque no sea estereotipicamente bonito, sigo siendo bonito... Sigo mereciendo alguien que me ame...

—Si amor, pero no un alfa como él... Él... Es mucho para un omega como tú...

Fue suficiente para Jorge.

—No me vuelvan a hablar en su vida, estoy harto —dijo, la madre de Jorge palideció, lo siguió, Mario saliendo al escuchar el portazo—

—¡Jorge!

—¡Estoy hasta la madre! ¡De mendigar por su amor! ¡Un amor que merezco porque soy su puto hijo!

—¿Te estás escuchando?

—¡Ve como estoy, papá! Me arrastraste, me golpeaste, me pateaste... Lo has hecho por años, me has hecho mierda psicológicamente, me has hecho sentirme insuficiente... ¿Qué tipo de padre eres?

—Jorge...

—Y tú, mamá... Tanto tiempo aguantando a tu esposo por la vez que me pediste que tus cosas no quedaran en manos de la otra omega de mi papá, porque no creas que no se que le pones el cuerno a mi madre, Mario, créeme que todos lo sabemos —rió con sus ojos llorosos— Solucionaré mis problemas, a cómo pueda, veré que hago... Ustedes hagan lo mismo, por el amor de Cristo, déjenme en paz, déjenme estar con la persona que amo.

—La persona que deberías amar esta esperando a tu hijo...

—Si, la misma persona que abusa de mi cada que quiere, que me golpea y me prohibía comer... ¿Saben los trastornos alimenticios que tengo? ¿Qué tengo anemia tipo dos? Claro que no, porque ninguno de los dos me ama, para ninguno de los dos importo... —Susurro— Ya no voy a molestarlos, los dejare en paz, pero déjenme vivir...

—Jorge, si sales por esa puerta, estás muerto para nosotros.

Letty negó mirando a Mario, pero él no se detuvo, mirando con un odio intenso a Jorge.

—Fue un placer haberlos conocido, entonces... —sonrió, saliendo de la casa—

Respiro hondo, al estar fuera de ese lugar, miro su celular, lo tomó rápidamente, viendo que Danna le había mandado varios mensajes preguntándole que demonios le había hecho a Diego.

Suspiro, estaba nervioso, pero ya no perdía nada, ya había perdido a su familia, el solo quería estar con Diego.

Aunque no fuera suficiente para el, aunque nunca lo fuera, aunque pronto lo dejará.

El poquito o bastante tiempo que estuvieran juntos, lo iba a disfrutar.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora