23.

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—Estoy nervioso...

—No lo estes...

—Enserio quiero caerles bien —susurro—

—Lo harás, amor, les caerás genial —El omega hizo un puchero con sus ojos brillosos, estaba emocionado, pero a la vez nervioso, su pierna temblaba y pasaba la palma de su mano en círculos por esta,
dos tics que tenía cuando estaba nervioso— Hey... —Tomó su mano, sonriendo cuando volteó a verlo— ¿Ya te dije lo guapo que estás?

—Vamos, cállate —dijo riendo con nerviosismo, mirando a otro lado, mordió su labio, apretando la mano ajena— Tú también te ves súper guapo...

Jorge traía una camisa negra, cadena y aretes en color plata, junto con unos pantalones de vestir negros, a parte de sus característicos tenis del mismo tono.

Al contrario de él, Diego traía una camisa blanca, pantalones beige, accesorios dorados y tenis blancos.

Se veían contrarios, pero Diego lo había amado.

—Llegamos —Jorge asintió, tomó los regalos que había comprado para el padre de Diego, una botella que le dijo el alfa que le gustaba y una camisa (nada barata)— Me vas a humillar, yo solo le traje una corbata.

—La corbata cuesta más que mi sueldo de tres meses.

—Pero el no lo sabrá —Jorge rió, besando su mejilla y tomando su mano— Oye... No suelo besarme con mi pareja frente a mis padres... Ellos obvio saben que soy gay, pero...

—Yo lo entiendo, no iba a besarte, me da demasiada vergüenza —dijo burlón, acariciando el cuello de su camisa con algo de vergüenza— ¿Me das uno antes de entrar?

Diego sonrió y besó suavemente los labios del de rizos, el cual rió y se le quedó viendo con amor.

—Te quiero.

—Yo más —sonrió, cuando entraron hablo con el muchacho que estaba en recepción, el cual los dirigió a la zona privada en donde se estaba organizando el cumpleaños—

Una vez que llegaron, el papá de Diego se levantó inmediatamente, con alegría, ya estaba casi toda su familia, Diego sonrió enormemente y se acercó para abrazar a su viejo.

—Hola papá

—¡Hola amor! ¿Cómo estás?

Jorge se sorprendió un poco.

El papá de Diego era omega.

—Oh, ¿Y este guapo muchacho quién es? —Dijo la madre de Diego, una alfa sumamente atractiva, Jorge se sonrojó rápidamente— Pensé que traerías a Danna.

—No, mamá —sonrió, tomando la cintura de Jorge y acercándolo a él— El es Jorge, es mi novio.

Ambos adultos se quedaron viendo, sonriendo enormemente al escucharlo.

—¡Dios mío, Diego! ¡Por fin entras en razón! —Dijo burlón su padre, tomando la mano del omega— Hola cachorro, un gusto, soy Guillermo Cardenas y mi esposa, Kora Argüelles, pero tú me puedes decir suegro.

—Y a mi suegra, ¿Cómo te llamas, mi vida?

—Un gusto, soy Jorge Anzaldo —Dijo sonriente, ya no tan nervioso—

—¡Hasta tu nombre es bonito! Cardenas Anzaldo... O Anzaldo Cardenas... Aww, amor, nuestros nietos tendrán apellidos adorables.

—Hey, no nos adelantemos —dijo nervioso Diego, interviniendo—

—Si ya lo trajiste significa que va enserio, nunca me has traído a uno de tus novios.

Jorge abrió sus ojos impresionado mirando a Diego, el cual cerró sus ojos cuando su padre dijo aquello, los abrió y asintió, acariciando la cintura de él más joven.

—Jorge, ellos son mis padres, mi hermana Kora —dijo señalando a una hermosa omega, la cual iba entrando con su vientre abultado, la mujer levantó su mano rápidamente con una sonrisa enorme— ¡Hola campeón!

—¡Tío! —Dijo el pequeño Gael corriendo a los brazos del mayor, el alfa lo tomó en ellos, cargándolo con una sonrisa— Te extrañe mucho, mamá y yo te vemos en la tele, ¿eres famosísimo?

—Mmm... Conocido, diría yo —Gael sonrió, abrazando mejor a Diego, acurrucándose en su pecho— El es Gael, es mi sobrino, y el es mi cuñado.

—Hola... Soy Jorge, mucho gusto.

—Mucho gusto, eres tan hermoso como Diego te describió.

—Kora...

—Perdón, tenía que decirlo, es un omega muy guapo.

Jorge se sintió increíblemente cómodo, se sentaron juntos, charlaron un rato, conoció al hermano mayor de Diego y su esposa, a varios de sus tíos.

Todos lo trataron con amor y cariño, lo recibieron con los brazos abiertos sin pensarlo.

—¿A qué te dedicas, Jorge? —Preguntó el padre de Diego con una sonrisa, mientras cortaba su filete—

—Oh, soy coreógrafo residente en el teatro Aldama, montó coreografías fuera de él o incluso en otros países, hace unos meses me fui a Argentina —sonrió con dulzura—

—Vaya, eres bailarín.

—Si, desde que soy muy joven.

—Eso es lindo, espero que le enseñes a bailar a Diego, siempre ha tenido dos pies izquierdos.

Jorge rió y volteó a ver al alfa, el cual veía su platillo con algo de disgusto, Jorge no había pedido más que una ensalada sencilla (aún no podía comer tanto sin sentir culpa) mientras que Diego se había pedido un platillo que aparentemente no se le antojaba nada.

—¿Qué pasó?

—Pensé que era pollo al leer el menú —dijo haciendo una mueca, mirando con disgusto al omega—

—¿Quieres que cambiemos?

El alfa sonrió suavemente al escuchar a su pareja, besó su mejilla y asintió, Jorge hizo lo mismo antes de hacer el cambio de platillos.

—No tienes que comértelo todo si no estás listo... —susurro, todos estaban hablando, por lo que su mini platica pasaba completamente desapercibida—

—Te quiero.

—Yo más —Tomó la mano ajena bajo la mesa, besando la palma—

La madre de Diego sonrió al ver al alfa así, había conocido a todas sus parejas, tal vez no como una cena, pero si habían compartido alguna pequeña conversación, los había visto en el carro del mayor o sus fotos en redes sociales.

Pero Diego se veía diferente con Jorge.

Tenía un brillo en los ojos que antes no tenía, una seguridad grande y un sonrojo que casi siempre que hablaba con él de chinos aparecía.

Enserio lo amaba.

Enserio se amaban.

—Quiero un postre —dijo Jorge un rato después, Diego se sorprendió, mirando al de rizos, el cual alzó los hombros— ¿me lo compras? —sonrió—

El alfa no se había dado cuenta de lo mucho que amaba a su omega pidiéndole algo.

—Pide lo que tú quieras bebé, no te preocupes.

Jorge sonrió y besó su mejilla, pidiendo nuevamente la carta, Diego sonrió mientras veía como la leía.

Amigos... ¿Con derechos?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora