Un marido para Penelope Featherington

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Estimada Señorita Featherington:
Mi querida Penelope, ¿Cómo has estado?. Llevamos un tiempo sin tener correspondencia entre nosotras y últimamente he pensado en ti, extrañando las ocasiones en las soliamos acompañarnos mientras asistiamos a los bailes. ¿Lo recuerdas?, se siente como si hubiese pasado mucho tiempo. Espero que no me hayas olvidado.
Cada que comienza una nueva temporada en Londres pienso en todas las veces en las que podía ver que lo estabas pasando mal en alguna velada, aun cuando no me lo contarás directamente, también recuerdo las veces en las que me ayudaste a librarme de tu madre cuando me estaba buscando un marido.
Te escribo para invitarte a que, en caso de que necesites un pequeño respiro de la temporada social y sus bailes, vengas a visitarme aqui en Romney Hall, si lo necesitas o si por gusto deseas venir serás más que bienvenida. Agregó además, mi deseo porque te animes y vengas.
Aunque han pasado dos años desde la última en que nos vimos, guardo una gran recuerdo tuyo por lo que me entristeceria pasar otro año más sin compartir contigo. 
Espero que consideres mi invitación.

Sinceramente, Lady Crane.

Cuando acabó de leer la carta, Penelope sintió que la boca se le abrió de golpe ¿Marina le había escrito para invitarla a su casa?. Hace mucho que no se veían, para ser exactos, desde que Marina se fue con Sir Phillip para ser su esposa, todo luego de que Lady Whistledown arruinará su plan de engañar a Colin al revelar su embarazo.

Penelope guardo la carta en el cajón, habían hablado por correspondencia algunas veces pero aún así, desde que Marina se fue a Romney Hall habían quedado muchas cosas que no se habían dicho antes, como que ella era Lady Whistledown y había sido la causante de que ella se viera obligada a irse de la forma en que lo hizo.

Penelope pensó en todas las veces en las que quiso contarle a Marina lo ocurrido, pero se había arrepentido. Y si la visitaba ahora, ¿que le diría? Que su ex prometido Colin Bridgerton estaba actuando de la forma en que lo hacía con ella, se ruborizada de solo pensar en lo que había sucedido en el carruaje hace solo unas horas. Se puso de pie y tomó su abanico para hecharse aire mientras pensaba, necesitaba algo para refrescarse. Estaba más que segura que eso era algo muy impropio de una señorita. Quizás el aire de Romney Hall la podría ayudar a despejar su mente.

Unas horas más tarde, Colin y Penelope se encontraban en el segundo baile de Lady Tilley Arnold. ¿Es que esa Señora sólo pensaba en bailes? Pensó Colin al verse obligado a saludar a tres Señoritas y sus madres en ese lugar, no recordaba que en las temporadas anteriores hubieran tantos bailes como en ésta, o al menos no en los que él participará activamente, y eso podría deberse a que su madre lo llevaba a cada baile o, al efecto "Penelope", que lo hacía querer estar al pendiente de ella siempre.

- ¿Es necesario que haga esto madre, no será demasiado? -Susurró Colin a su madre.

- Por supuesto que si es necesario -sentenció su madre mientras le sonreía tratando de visualizar con qué otra señorita presentarlo esa noche.

- Pero...

- Soy tu madre y bien sabes, quiero que conozcas el amor y vivas felizmente - Agregó la vizcondeza

- Lo se, pero llevarme a cada baile es mucho.

- Conocer el amor y casarte te hará bien, solo mira a Daphne y Anthony - Dijo la vizcondeza -y bien sabemos lo mucho que tu hermano rechazaba la idea del matrimonio.

- Anthony es un caso especial, madre.

- Aunque seas tan tonto al no saber que deberías casarte con tu vecina de toda la vida - Susurró su madre lo suficientemente fuerte como para que Colin comprendiera la indirecta con claridad.