Capítulo 3 - Catburgle

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Vivienne me lleva a la boutique para conseguir un cambio de ropa nuevo. Creo que entendía mi estilo, no estaba muy alejado al suyo propio. Tendía a usar tacones, vestidos, faldas y todo lo que salía a la moda gracias al arduo trabajo de Lorenzo, siempre me consiguió todo lo que quise.

Aunque el último mes no pude ir de compras con él debido al distanciamiento. Esta era la oportunidad perfecta.

—No tienes que pagar nada cuando estás conmigo.

No estoy segura de llevarme un pantalón de cuero con cordón, un poco los 2000's pero me traía el aire de Tarantino, aunque quizás haría ruido al caminar...

—Ese te quedará muy bien en ti, querida.—ese apodo de nuevo, mi estómago daba vueltas cada vez que la escuchaba llamarme así.—El tiro bajo resaltará...tus curvas.

Asiento y voy al mostrador para probarlo y realmente me lo estaba por comprar, ignorando el hecho de que Vivienne estaba coqueteando conmigo como si fuese una de sus víctimas.

Tomo algunas prendas más que combinarán entre sí antes de salir del cubículo pequeño. Vivienne me seguía con sus ojos a cada paso que daba.

—Ve y espérame afuera mientras yo me ocupo del cajero.

Finalmente salgo de la boutique y espero su llegada al lado de la vitrina, pero cuando sale Vivienne y me ve se pone pálida.

—¡¿Qué haces aquí?!—ella susurra y me toma del brazo para caminar rápido a un lugar más alejado de la tienda.

—¿Qué sucede?—ella suspira y niega con la cabeza.

—Yo estaba distrayendo al cajero para que te fueras.—Oh, ah...estábamos robando, claro.

A veces no fingía mi falta de aprendizaje sobre los robos, no era mi especialidad.

Pero ahora estoy con ladrones.

—"Somos ladrones no asesinos".

—Entonces deberíamos trabajar en nuestra comunicación, aquí.—señalo un banco del parque en el que ahora estábamos y Vivienne sorprendida por mi arrebato, se la pasa toda la tarde trabajando en nuestras complicaciones mientras continuamos robando.

El cielo ya está oscuro cuando me lleva a un edificio desconocido pero imponente, su arquitectura era demasiado pero no llegaba a ser gótico. Tenía la esencia romántica de París.

—Aquí es donde Celine exhibirá sus reliquias. Entre ellas, nuestro objetivo.

—Aunque no parece contenta de querer venderlas.

—Gran observación; ella es una rica afortunada que se esconde en una niña buena, pero no lo es.

—Supongo que creyó que tendría para siempre todo eso.—me encogí de hombros y caminamos hacia un callejón desconocido, este tenía un respiradero un poco alto y Vivienne me pidió ayuda para subir.

—¿Vienes?—ella extendió su mano y la tomé con fuerza mientras me impulsaba hacia arriba.

Mientras nos arrastramos solo puedo ver su trasero durante todo el viaje, agradeciendo que el respiradero estaba oscuro caímos en una especia de habitación en un hotel pero estaba llena de monitores.

—Todas las cámaras de seguridad están conectadas a esta sala.—dijo mientras conectaba un USB e inmediatamente se fue hacia otra máquina.

—Así que Zoe no es la única hacker.—digo con ironía. Ella emite un bufido de risa.

—Ella se lleva todo el mérito, solo sé cosas de niños. Oye, ¿podrías seguir programando aquella de allí?

—En seguida.

Reina de LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora