Ella tiene esa mirada, en la que no se le escapa ningún detalle. Pandora tiene ojos como nunca antes había visto. A pesar de su color frío, me transmitía calidez y su forma de almendra me hacía admirarla una y otra vez.
Esos ojos están constantemente hambrientos, buscando. Son del tipo que es difícil esconderte de ellos.
—En toda mi vida, siempre he querido más.—su boca se torció en una sonrisa provocadora de muchas cosas en mi interior. Su egocéntrico tono de voz me sacó de mis pensamientos—Es por eso que vine contigo.
Acercándome, envuelvo su rostro suave en el marco de mis pulgares. Cada emoción es como un aguacero torrencial: ella no oculta nada de lo que siente. Incluso si mi trabajo no fuese saber lo que la gente quiere mediante sus acciones escritas en su cara.
—¿Quieres que sea honesta contigo, Pandora? ¿En serio?
—Por supuesto.—me miró con sus ojos entrecerrados.
La verdad es...
La verdad es...
Observo su figura completa, su esencia me envolvía y era todo lo que me hacía confundir. ¿Cómo ella puede ser tan ajena a lo que me estaba pasando?
La verdad es que siento hambre cuando la miro. La verdad es que me invade un deseo doloroso y aterrador.
Quiero atarla a la cama y no dejarla ir nunca.
Por primera vez en mucho tiempo, estoy siendo completamente honesta con otro humano.
—...Tengo miedo.—le froto la mejilla con el pulgar y ella se derrite en un charco de necesidad.
Es tan fácil manipularla y nisiquiera lo sabe.
Pero es peligroso para ella, toda la confianza que ella me dio–no me la he ganado.
—No te haré daño, Vivienne. Lo prometo.—escucharla decir eso me rompe el corazón. Esperaba cualquier cosa excepto esta devoción alarmante y desinteresada.
Pero te lastimaré.
Incluso ahora ella abre sus labios para mí, abierta y deseosa, sin darse cuenta de que voy a terminar con esto por su propio bien. Aunque no lo hago.
—Espera, detente.—la sorpresa se hace ver en sus rasgos.
—Lo sien–
—Relájate. No estoy ofendida, simplemente preocupada por ti.—me limpio con cuidado el lápiz labial rojo y sus enormes ojos se agrandan aún más.
—Así que...tenías puesto ese lápiz labial.—lleva las manos hacia su boca, fingiendo estar preocupada por aquello—¡No puedo creer que me dejé llevar así!
—Fue encantador. Peligrosamente descuidado, pero encantador.—acercándola más cerca, beso su frente—De ahora en adelante tendrás que tener más cuidado si vienes conmigo.
Cada vez que se emociona, Pandora brilla. Es deslumbrante ver su entusiasmo, tan brillante que casi necesito taparme los ojos. Es como si lo estuviera fingiendo tanto que le duele.
—¿Ir contigo? ¿Dónde?—Pandora cree que todo lo que ve, le pertenece. Y no me molestaría que piense eso de mí. Ella toma mis caderas en sus manos, descansando allí—¿A dónde apuntará la Amapola Dorada esta vez?
Sacudo mi cabeza en respuesta.
—No es de nuestra incumbencia. Dije que vendrías conmigo, no con ellos. No te voy a compartir con la Amapola Dorada o alguien más.
Su sonrisa comienza a desvanecerse un poco, amenazando con una mirada calculadora pero divertida e intrigada al mismo tiempo.
—Suena como si me estuvieras pidiendo que me escape contigo.
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Reina de Ladrones
RomanceEsta es la historia de Pandora, una chica que persigue sus sueños estudiando en la universidad de bellas artes; no sabe la magnitud de su talento hasta que un grupo de ladrones se interesan en ella y la necesitan para su nuevo atraco, entonces suced...