Lo verdaderamente difícil [Xiao X Aether] [Lyney X Aether]

14- Agobio

Fontaine, Francia

Aether no sabe ni como llegó a su habitación, simplemente caminó sin prestar atención a su alrededor mientras se abrazaba a si mismo intentando frenar las lágrimas.
Pero ahí estaba, cerrando la puerta tras de sí y dejándose caer con la espalda apoyada en la puerta mientras lloraba y limpiaba su rostro frenéticamente.

No sabía que una ruptura podría llegar a doler hasta ese punto de querer desaparecer del mundo y no saber más de él, pensó que nunca llegaría a eso, pero los incas siempre se llegan.

— Xiao...

El dolor crecía con cada recuerdo que tenía de él y es que sigue sin entender como pudo llegar a ese punto.

El llanto desesperado despertó a aquel chico que dormía en el sofá.

— ¿Aether? — Buscó en la habitación oscura hasta lograr dar con la figura de Aether sentado en el suelo llorando. — Oh Dios... ¿Que ha pasado? ¿Por que lloras? — Lyney saltó el sofá hasta caer de rodillas frente a Aether.

Lyney intentó sostenerle las manos para que le viera la cara, pero Aether se limitó a agacharla y seguir llorando.

— Venga, ¿Que te sucede? ¿Te duele algo? — Le preguntó con mucha preocupación al verlo en ese estado. — ¿Estás enfermo?

Pero siguió sin decir palabra, Aether tomó su celular del bolsillo, lo apretó con fuerza y posteriormente lo lanzó con rabia hacia la pared haciendo que este se rompa.

— Xiao... Terminó conmigo. — Dijo entre sollozos e hipeos.

Entonces Lyney comprendió el por qué su comportamiento.
Ciertamente lo conoce hace poco tiempo y apenas empezaban a ser amigos íntimos como para contarse algunas otras cosas sobre si mismos, pero para lo que no estaba preparado Lyney era para verlo tan roto como ahora.

— Lo lamento mucho... — Dijo para proceder a abrazarlo fuertemente, acto seguido Aether rompió a llorar soltando gritos lastimeros al punto de costarle respirar luego de un rato.

Para cualquier persona, ver llorar a su amigo de esa forma podría llegar a ser incómodo, para Lyney no lo fue, podría decir que incluso su llanto se empezaba a contagiar y es que él tenía más que claro que la relación de ambos era una de esas relaciones que se envidian tener, una muy sana y llena de amor y cariño, donde no te hace falta nada y no ruegas por amor, entiende porque le ha dolido de la forma en la que lo ha hecho y no es quien para juzgarlo de ninguna forma, está ahí por casualidad, pero se quedará a apoyarlo si es lo que él necesita.

A los pocos minutos Aether logró sesar el llanto.

— P-perdón... Deje tu hombro mojado. — Aether limpio sus ojos con las mangas de su sueter mientras se separaba del abrazo.

— No te preocupes, ¿Quieres un vaso con agua? — Le preguntó con una sonrisa en el rostro.

— N-no, solo quiero ir a la cama y... Tal vez no despertar nunca más.

— No digas tonterías. — Lyney le empujó con suavidad la frente con su dedo índice. — Te llevaré el vaso con agua, ve a la cama.

Lyney se levantó dirigiéndose al refrigerador donde Aether guarda las botellas con agua.
Aether por su parte, se puso de pie, pero al hacerlo su cabeza comenzó a dar vueltas y sus piernas le fallaron por lo que cayó de golpe al suelo quedando sentado.

— Mierda... — Su cuerpo estaba cansado y débil.

— ¡Aether! — Escuchando el estruendo, Lyney dejó caer la botella de agua al suelo y corrió hacia su amigo. — ¿Que paso?